Se acabaron los espacios para la comedia familiar en televisión, pero los comediantes encontraron un nuevo nicho en donde las obscenidades no tienen control
Elegir el uso de groserías u obscenidades para entretener se ha vuelto más común; la comedia familiar ha perdido lugar dentro de la TV que, al principio, era a las 20:00 horas y después se trasladó a un horario nocturno, en espacios para “adultos”, lo cual dio una suerte de luz verde a todo tipo de temas y tonos en el humor televisivo.
Ahora, ya sin esos nichos también, la comedia se ha trasladado a la TV de paga, esto no sólo por la falta de espacios al aire en la programación abierta, sino por la apertura que puede ofrecer una señal restringida.
Muchos de los cómicos actuales han utilizado este recurso, de hacer reír mediante palabras altisonantes o vulgaridades, pero otros intentan preservar un humor blanco.
“Yo, hace muchos años, cuando empecé en la TV, traté de innovar y pasar a ciertos límites, pero creo que ahorita ya se pasaron”, señala Eugenio Derbez.
Algunos actores se sienten ofendidos al ver que las groserías se convierten en algo recurrente dentro de la televisión, tal es el caso de Adal Ramones, quien critica el uso y abuso constante de dicho recurso, aunque en su momento él mismo utilizó este formato.
“La comedia ha caído en recursos muy burdos ¿qué pasó con el humor familiar? Ahora hasta las mujeres participan de esa clase de situaciones”, dijo el conductor que creó el programa Otro Rollo y que recientemente se convirtió al cristianismo.
Sólo hay que saber dónde
Otros, en cambio, han preservado el formato familiar, intentando no caer en vulgaridades, como Adrián Uribe.
“Esa parte a mí me gusta cuidarla, me gusta hacer humor para toda la familia en mis shows, van tanto papás como abuelitos y niños. Siempre me ha parecido que los miembros de la familia nunca se tienen que sentir ofendidos viendo un show. Ya cuando alguien se incomoda ya hay problema. Trato de cuidar mucho esa parte”, refiere el intérprete de Vítor, quien deja para la televisión su humor blanco, mientras en centro nocturno sube el tono a sus bromas.
Además, el espectro de públicos ha sido amplio, ellos admiten que deben saber dónde colocar cierto tipo de humor.
“Acorralar el humor, ponerle parámetros es muy difícil, te puede gustar muy fino a otro lo más vulgar y tengo público para eso, hay comedia más fina e inteligente; pero no te puedes mantener ahí, tú tienes que ser tú y lo que quieres contar, lo que te divierte hacer en el escenario le va a divertir a la gente, sé tú en el escenario, yo no te puedo poner limitaciones como comediante”, opina Gustavo Munguía, quien interpreta al tímido mesero gay Paul Yester.
Anabel Ferreira asegura que es la gente la que debe demandar la forma de divertirse.
“Somos nosotros los mexicanos los que tenemos que hacer saber qué tipo de programación queremos recibir en los hogares, nos tenemos que hacer escuchar, tenemos una conducta en términos generales muy pasiva y eso no nos lleva a ningún lado”.