En la celebración del natalicio de Alfonso Ortiz Tirado, en la noche de gala, gozamos de una exquisita velada musical a cargo de Jaime MacDougall (tenor), Ángel Padilla (arpista) y Matthew McAllister (guitarrista) quienes prepararon un repertorio donde dominó la música con referencia folclórica o popular de México, Escocia, Gales, Inglaterra y España.
Interpretaron arreglos y composiciones de la más fina factura de compositores como Manuel M. Ponce, Kennedy Fraser, Manuel de Falla, Benjamin Britten, Eddie McGuire, John Thomas, Francisco Pichardo y Arturo Márquez.
Cada uno de ellos demostró su pertenencia al más alto nivel musical. MacDougall cantó con naturalidad, impecable afinación y gran sentido musical. Padilla cuidó cada pulsación, todo detalle técnico y musical, sus manos parecían arañas tejiendo el más perfecto y fino telar; y McAllister produjo los sonidos más cristalinos que una guitarra puede dar, con una limpieza extraordinaria.
Tocaron tríos, duetos y solos. Y si bien no fue un repertorio demasiado exigente, hacerlo mejor que ellos se antoja imposible. Fue un verdadero deleite. Además, lograron conectar con el público desde el comienzo por lo que se sintió una atmósfera relajada en donde los músicos y el público disfrutaron cada pieza, cada nota.
Cuando tocó Padilla solo, la resonancia de su hermosa arpa fue encantadora. Interpretó la canción tradicional “Watching the Weath” (mirando el trigo) en un arreglo de John Thomas. Explicó que si bien se reconoce a la gaita como el instrumento más representativo de Gales, el arpa tiene allí una tradición que es incluso más antigua que la gaita y también es considerada como instrumento nacional.
Es difícil elegir los mejores momentos del recital ya que todo estuvo bella e impecablemente interpretado. Pero una de las sorpresas fue que cuando McAllister terminaba de tocar el bonito arreglo de Manuel M. Ponce de la canción “Por ti mi corazón”, entraron al escenario MacDougall y Padilla e hicieron una versión a trío, cantada y acompañada con gran expresividad y refinamiento.
Y para los que creían que Arturo Márquez solo componía danzones, el escuchar “Dibujos sobre un puerto” una obra para tenor y arpa dedicada precisamente a MacDougall y Padilla; fue una revelación.
Se trata de una obra de cinco movimientos basada en poemas de José Gorostiza. El primer movimiento es “Alba”, en donde mientras el arpa produce sonidos etéreos, arpegios y acordes de corte impresionista, se canta la estrofa:
El paisaje marino
en pesados colores se dibuja.
Duermen las cosas. Al salir, el alba
parece sobre el mar una burbuja.
Y la vida es apenas
un milagroso reposar de barcas
en la blanda quietud de las arenas.
Una maravilla escuchar esto. Es una lástima que esta obra sea prácticamente desconocida. Los restantes movimientos se titulan Elegía, La tarde, Nocturno y Oración.
Lo cómico de la noche fueron tres canciones tradicionales inglesas con letras chuscas en arreglo de Britten, donde MacDougall nos hizo reír mientras cantaba con sus gestos y ocurrencias interpretativas pero sin caer en torpezas.
Y después de tres hermosas piezas tradicionales inglesas en dueto arpa y guitarra, entró al escenario MacDougall sin pantalones, usó kilt para cerrar el programa con una colección de melodías escocesas en arreglo de McGuire .
Al final el público ovacionó de pie.