En el pasado Festival Tetabiakte se hizo un homenaje póstumo al pintor Héctor Martínez Arteche.
Se dijeron palabras bonitas en torno a este personaje de la cultura, se entregó una placa a su hija Alina y otras cosas que son típicas de los homenajes donde se quieren lucir quienes realizan la ceremonia más que reconocer realmente al homenajeado.
Para que creamos en la sinceridad del homenaje, los funcionarios podrían dar una muestra de su interés por la cultura ordenando la restauración inmediata del mural que Arteche pintó en la planta baja del Palacio Municipal.
El mural muestra hoy un visible deterioro a causa del vandalismo, la ignorancia y la negligencia de las autoridades que han pasado por el Ayuntamiento durante varias administraciones y han eludido su responsabilidad de preservar este bien cultural que pertenece a todos los cajemenses.
Urge restaurarlo y colocar una valle de protección permanente.
Sólo así podremos creer que el reconocimiento hecho en el Festival fue un acto sincero y no una mera pose.