CD. DE MÉXICO.- “El rock indígena es algo imparable, porque viene del corazón. ¡Nunca más un México sin nosotros!”, exclamó Roco Pachukote, vocalista de La Maldita Vecindad, durante la presentación de las actividades por la celebración del Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, que este sábado 9 comenzará formalmente una etapa más del proyecto De Tradición y Nuevas Rolas. Transformación y Fusión Sonora.
Se realizarán conciertos en 10 estados de México y en el Multiforo Alicia, organizados por la Dirección General de Culturas Populares (DGCP) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Así informó el pasado martes Alejandra Frausto, titular de la DGCP, quien agregó que el 9 de agosto fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1994 como el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, para reconocer el papel de esas comunidades en la producción, salvaguarda, mantenimiento y recreación del patrimonio cultural material e inmaterial, lo que al mismo tiempo contribuye a enriquecer la diversidad cultural y la creatividad humanas.
Precisó que en la edición 2014 del encuentro De Tradición... se fortalecerá el proyecto de los estados participantes con la convocatoria a nuevos grupos e iniciando actividades de formación musical y conciertos en espacios abiertos, dentro de los polígonos de atención prioritaria establecidos por el programa México, Cultura para la Armonía, en San Luis Potosí, Tlaxcala, Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Tabasco y Veracruz, así como en el Distrito Federal.
El propulsor de esta actividad es Juan Gregorio Regino, director de desarrollo intercultural de la DGCP, quien informó que también se hará el lanzamiento de una colección discográfica derivada de encuentros nacionales De Tradición y Nuevas Rolas, que se han realizado desde 2010.
Son 42 piezas de 25 grupos representativos de los pueblos indígenas wirrárika (huichol), maya, mixteco, nahua, purépecha, tlapaneco, tzotzil, yokot’an, zapoteco y zoque. La presentación de este material discográfico será en el Multiforo Alicia con la actuación de Lumaltok, grupo de rock tsotsil; de El Rapero de Tlapa, con su hip hop ñu’savi (mixteco), y Venado Azul, cumbia wirrárica.
El encuentro 2014 de De Tradición... se efectuará en Sonora, en noviembre, con clínicas, talleres y un concierto magno.
Por su parte, Roco Pachukote, quien tendrá una participación decisiva en esta edición, expuso: “Para mí es un honor inmenso y mi corazón se pone muy alegre y con mucha esperanza de ver la magnitud, sabiduría y riqueza de este proyecto. Es también un honor trabajar con el maestro Juan Gregorio Regino, poeta mazateco que admiro profundamente. ¡Hace 20 años no imaginaba que sus libros de poesía iban a estar gastados de tanto leerlos.
Con Alejandra Frausto... otras aventuras, cuando ella estuvo en el Claustro de Sor Juana. Atrás de este proyecto está mucha gente que aprecio. El otro punto es la realidad del rock y la música indígena, al ver que es un movimiento que abarca desde Chiapas y hasta Sonora, manifestado en ska, hip hop, rap, rock..., por lo que me siento afortunado de colaborar. A escala comunitaria, el movimiento está consolidado, pero hace falta difusión, darlo a conocer, para que cada vez más gente sepa de esta música del color de la tierra.
“A este movimiento le veo un paralelismo muy grande con todo la situación del rock mexicano a principios de los 80. Me tocó esa experiencia de la censura del rock, con Avándaro, del rock como imposición imperialista, porque todo mundo cantaba en inglés. Era otra realidad. Cuando en La Maldita comenzamos a cantar lo hicimos en español e incorporamos todos nuestros elementos culturales como jóvenes urbanos... mambo, cumbia, música norteña, son veracruzano... todas esas músicas que supuestamente no estaban con el rock. Al final, después de 30 años, vemos que el rock mexicano es un movimiento cultural y ha dado voz e identidad a un sector muy grande de la sociedad y juventud.
“Ese mismo momento siento que está viviendo el rock indígena de México. Todos estos grupos se expresan con profunda convicción y elección de vida. Por eso me resuena lo que hacíamos en los 80, porque éramos puro corazón. Nos preguntaban ‘¿qué haces?, tengo una banda de rock. Sí, pero en ¿qué trabajas?’ Estar en el rock era ir contra el sistema. Ibas en la calle y te reprimían por el pelo largo.
Proyecto de vida
“A escala musical estos grupos tienen todo el corazón y tocar no lo ven sólo como medio para hacerse famosos. Esto es un proyecto de vida, algo esencial, en su propia lengua y con todo en contra. Esto es diferente, sobre todo porque lo que pasa en el rock mexicano es que los grupos están totalmente descontextualizdos, lejos de su entorno social, político y espiritual. Lo indígena sale del corazón y es para el corazón. Esto es un proceso, y no faltará quien cite lo de la calidad, que es algo subjetivo. Ahorita hay música que se oye y está bien hecha, bien producida y afinada, pero cero mensaje, cero corazón; es música creada en los escritorios de las disqueras. Es música sin corazón, creada para vender. Tiene estándares de calidad, pero carece de corazón. El México profundo es lo que mueve es el mensaje.”
Sobre la academia
–¿Hace falta academia a estos grupos?
–La verdad... ¡Hace falta tanta academia aquí como al rock mexicano en general! Más que generalizar, cada grupo tiene sus características. No es lo mismo. Me parece muy paternalista y hasta racista que siempre les digan que les falta academia. ¡Vean el rock mexicano! ¡A los que salen en la tele! Sus discos... ¡No manchen! ¡Ni siquiera en español escribe bien; copian géneros de otros lados. Es evidente. Hay que ver a Luis Miguel. ¿Cuánta academia le falta a ese cuate? Canta bien, pero, ¿y todo lo demás? ¡No manchen! No estaría mal que estudiara.
A su lado escuchaba y asentía Zanate (Julián Hernández), vocalista de Lumaltok, grupo que tocó en el pasado Vive Latino, quien comentó: “Para mí es un sueño estar aquí y haber estado en el Vive. Tocar ahí fue un gran logro. En Chiapas, mi estado, hay una gran represión a las expresiones culturales como las que proponemos; no hay lugares para tocar. Tocamos en bares de mala muerte y ahí agarramos callo. Estar aquí, cantar en mi lengua y no negar lo que soy, un ser humano, es un logro. Puedo decir lo que pienso en mi lengua, el tzotzil”.