Si bien es cierto que la presencia de la literatura escrita en los estado de la República Mexicana poseía su lugar propio a inicios de los años setenta, es innegable que la revista Tierra Adentro sirvió como escaparate desde el que se hizo más visible.
El primer cimiento de esta empresa fue gracias a la cooperación intelectual de Víctor Sandoval, personaje que cambió por completo el mapa cultural del estado de Aguascalientes, no sólo por la idea de concebir la revista Tierra Adentro que hoy llega a sus 40 años de existencia, sino por haber sido la persona que cimentó las bases de algunos institutos culturales y secretarías de cultura del país.
En Aguascalientes, en 1974, surgió Tierra Adentro. Desde entonces, el papel de la publicación ha sido crucial para consolidar el desarrollo de la literatura regional, expuso el escritor Carlos Velázquez: “facilitó las condiciones para que surgiera la primera generación de escritores que ya no tuvieron que mudarse al Distrito Federal para emprender una carrera en las letras con cierto éxito”. Si bien la literatura que se conocía en los estados tenía repercusión nacional, no fue sino hasta la llegada de Tierra Adentro que encontró una nueva plataforma para promoverse.
“Autores como Luis Humberto Crosthwaite o Jaime Muñoz Vargas son una prueba de esto. Debutaron (publicaron su segundo o tercer libro en el sello promovido por la revista, que se asumía como el debut verdadero frente a las publicaciones estatales) en las páginas de un organismo que respondía directamente con las necesidades del desarrollo de la producción literaria del país”.
Rastreo de jóvenes creadores
La continuidad de esta revista, que desde un inicio se mostró en favor de presentar trabajos en el ámbito de la literatura y la plástica, con una inclinación por los trabajos de jóvenes creadores, es una clara muestra de que la cultura en México es un asunto de suma importancia. ¿Las razones de esto? Para Carlos Velázquez son muchas: algunas institucionales y otras no tanto, sin embargo, “lo más relevante es que la revista (y el sello editorial) han servido como una eficaz máquina de escauteo de autores”.
Sin Tierra Adentro, “quién realizaría el trabajo de rastrear autores a lo ancho y largo del país, pa`comenzar. No existe otra publicación que cuente con esta capacidad de cooptación y por tal motivo hay que preservar su existencia”. Además, otra de las características que Velázquez resalta de la revista es su capacidad de cambio y adaptación que con el tiempo ha mostrado. Tierra Adentro ha llevado consigo una cuota de necedad que, para el autor de La marrana negra de la literatura rosa, resulta necesaria, pues así se mantiene en una búsqueda constante de nuevas voces. “Existe una vocación por reinventar la manera en que el público y los autores se acercan a la publicación, y también cómo la publicación se inserta en el mercado.”
Libros como Trabajos del reino (Yuri Herrera), Cosmonauta (Daniel Espartaco Sánchez) o La Biblia Vaquera (Carlos Velázquez) han formado parte de ciertos “paquetes”, como define Carlos Velázquez a grupos de obras o de autores, que en algún momento incidieron directamente en el rumbo de las letras mexicanas, gracias al apoyo de Tierra Adentro. “Es una de pocas revistas que cuenta con la ventaja de atribuirse no una, sino varias generaciones de escritores. No toda la historia de la literatura mexicana ha desfilado por sus páginas, pero sí una parte sumamente sustanciosa.”
Tierra Adentro: “un foro para las voces jóvenes del país”
Carlos Velázquez menciona la triada formada por los escritores Julián Herbert-Hernán Bravo Varela-Luis Jorge Boone, como un grupo muy bien amalgamado de poetas que también desfilaron por las páginas de esta publicación. “Muestras como esta abundan”, dice, por lo que asegura que el gran acierto de Tierra Adentro es que ha estado presente en la gesta de grandes instantes de nuestra tradición que inició con la revista, y que continuó con la puesta en marcha del sello editorial. “Otro gran acierto del programa: contar con la posibilidad de publicar todo aquello que consideraban necesario editar.”
La posición que ocupa Tierra Adentro actualmente es privilegiada dentro del grueso de las revistas del país, por la sencilla razón de que es una publicación hecha y dirigida por jóvenes. “Y no hay nadie mejor que ellos para medirle el pulso al panorama de las letras”. La revista también cuenta con la característica de tener dominio absoluto de sus contenidos y eso conlleva una ventaja respecto a otras publicaciones que, de acuerdo con Velázquez, se traduce en una cuestión: un compromiso a prueba de bala con sus lectores y colaboradores.
El grueso de las revistas responden a un sinnúmero de premisas, según Carlos Velázquez; “Tierra Adentro sólo a una: mantener firme el espíritu de la revista, ser un foro para las voces jóvenes del país”, objetivo al que se mantiene fiel, sobre todo en la actualidad. Otra ventaja es que, sin proponérselo, “se ha convertido en uno de los agentes literarios más sólidos del país. Un porcentaje nada despreciable de autores han saltado de sus páginas a editoriales comerciales. Pocas revistas pueden presumir eso. Y no con tanta recurrencia.”