La cultura, punto medular del desarrollo social, nuevamente en Cajeme cae en los abismos de la indiferencia efectiva. El llamado comité ciudadano “seleccionará” a la persona idónea para ser el director de cultura, aspirante que tendrá 6 días máximo para llenar los requisitos casi inquisitorios (sábado y domingo incluidos) para poder aspirar al puesto convocado.
¿Pero qué necesidad? Reglas que impiden que personas con capacidad cultural, trabajo de años en el campo mencionado, puedan aspirar por no tener un título requerido o pedigrí profesional.
No pongo en tela de duda la capacidad cultural de los elegidos al comité, lo que muchos creadores y artistas culturales se preguntan cómo y con cuáles criterios se conformó.
Y la pregunta es que en ninguna de las tres primeras reuniones en las cuales se convocó al gremio cultural, asistieron ni el presidente municipal, ni los “notables”, solo un regidor titular (que no entendía ni papa de lo tratado), un regidor suplente y un diputado federal suplente en las mismas condiciones. “Notables", así les llama parte de la chusma cultural al comité ciudadano y la pregunta es ¿para qué se permitió la realización de esas reuniones del gremio cultural, donde incluso surgieron nombres de líderes de opinión para el puesto hoy convocado, como el señor Evans? De buena fe, con las mejores intenciones se hicieron propuestas, enfrentaron opiniones, sacaron acuerdos, ¿para qué si ya se tenía el comité?
A muchos que estamos en el análisis político, nos recuerda la presente convocatoria a aquellas que un partido usaba para limitar la participación de quienes no convenían a sus intereses, primero era limitado el tiempo para que no pudiera presentar papeles, incluían días no laborables, si era lampiño, requisito tener bigote abultado, si era alto, no medir más de 1.65, si era chaparro medir más de 1.70.
La idea es que si ya se tiene al elegido tapado, dicen que es Roberto Arizmendi, otros que Mara Romero ¿para qué tanto brinco estando el piso tan parejo? Total, sumaremos una vez más el futuro de la cultura municipal a los caprichos políticos del partido en turno, y los sueños, proyectos y ambiciones honestas, supeditados a lo que desarrollo social quiera disponer para que los cajemenses disfruten de las migajas de un presupuesto ajeno.
Mientras no haya una descentralización de la cultura en un instituto municipal con personalidad jurídica propia, con poder para administrar su propio presupuesto, gestionar eventos ante autoridades de los tres niveles de gobierno, promover, cabildear proyectos de sus miembros; realizar eventos para captar fondos que ayuden a patrocinar la creación de públicos y la capacitación de las diferentes ramas culturales, la cultura será lo mismo de siempre, como hasta ahora: festivales de fin de cursos escolares, con artistas entretenedores no culturales, ferias de libros con más expositores que público, un evento nacional de narrativa y poesía que ningún poeta o narrador local ha ganado.
Espero que mi hoy presidente municipal electo, ex compañero de cabildo no tome esta opinión como grilla política, voté por Morena y deseo se tapen los tantos “baches” culturales que existen, la “inseguridad” del futuro cultural del Cajeme que tantos queremos, y eso me permite exigir un cambio, esto es crítica cultural en base no solo a la opinión de muchos, sino de un punto de vista particular que asumo públicamente con la mejor intención.
Si alguien pregunta qué aporté, les comento que presenté un proyecto cultural en manos del presidente electo en persona.
Ah, si acaso contara mi voto, se lo doy a Cecilia Miloslavich, aunque no me lo pida.