Dos ensayos por semana, cada uno de 4 a 5 horas, y durante un año y medio, fue el intenso trabajo que realizaron los esposos Edgar y Melisa con un grupo de jóvenes para presentarse en el Festival Álamos Ortiz Tirado 2025 donde interpretaron "Las cuatro estaciones" de Vivaldi.
Así fue el debut de la Orquesta Juvenil de Cd. Obregón en el máximo evento artístico de Sonora, ante un público entre los que se encontraban algunos cajemenses sorprendidos por la existencia de este grupo que no conocían.
El ser poco conocidos en su ciudad y carecer de apoyos oficiales, no disminuye la pasión y el esfuerzo que el joven matrimonio y los integrantes de la Orquesta ponen a su proyecto para dotar a Cd. Obregón de un bien cultural que distingue a otras ciudades grandes y medianas, como Guaymas, la más cercana.
No sólo de oído
Melissa Rodríguez y Edgar Zárate, egresados de la Licenciatura en Música por la Universidad de Guadalajara, tienen diez años impartiendo cursos de música académica en la Academia de Artes Ludwig (esquina de calles Morelos y Nuevo León). En este tiempo han conocido a jóvenes con talento, "mucho talento", más de lo que se cree", dice Edgar, director de la Orquesta.
A sus alumnos no les enseñan a tocar instrumentos sólo de oído sino a leer partituras, un factor básico para desarrollar el potencial del aprendiz.
Animados por el entusiasmo de los muchachos decidieron formar la Orquesta.
"La mayoría son estudiantes universitarios y algunos ya profesionistas, hay quienes ahorran para comprar un buen violín o una guitarra, nada los detiene", comentan.
Tiene Cajeme mucho talento juvenil
Además de su limitaciones económicas, el proyecto ha debido enfrentar la falta de conocimiento o interés por parte de quienes podrían apoyarlo.
Han visto con desencanto la formación de "orquestas" que presumen funcionarios cuando juntan a un grupo y les dan guitarras y otros instrumentos que luego son abandonados o se pierden. Aquí es lo común, formar un grupo al que llaman orquesta para exhibirlo una o dos veces y ya.
"Hay mucho talento pero faltan espacios y organizaciones que patrocinen. Hay proyectos relámpagos que tienen apoyos, compran 20 guitarras y algún otro instumento, pero esto no es orquesta, la orquesta debe tener violines primeros, violines segundos, viola, cello, flauta, contrabajo", señala Melisa.
Además del desconocimiento técnico, quienes desde las instituciones públicas podrían ayudar aún creen que los artistas sólo viven del aplauso, que no es necesario pagarles decorosamente por su trabajo especializado, su esfuerzo y aportación a la comunidad.
Contra esta ignorancia y limitaciones navegan Edgar, Melissa y alumnos.
El primer objetivo ha sido formar una orquesta de cámara, ya lo cumplieron y lo exhibieron en el FAOT. En este punto, reconocen el valor de la aportación hecha por la maestra Yoselín Salas al incorporar su coro a la Orquesta. Destacan asimismo el apoyo del violinista Ariel Guerrero.
Lo que sigue es sostener el proyecto hasta convertirlo en un bien cultural que distinga a Cajeme y sea reconocido en grandes eventos, en escuelas y ceremonias importantes.
A Cajeme le urge la consolidación del proyecto por una razón evidente: "Quien toca un instrumento, no toca un arma", comenta David.
En el contexto social, la música de orquestas de cámara y sinfónicas incide en el desarrollo intelectual del público y particularmente de niños y jóvenes que aprenden a apreciar el arte musical en su más alto nivel.
Además, comenta Edgar, entre los jóvenes que integran la orquesta se da una competencia sana, estimulante, por estar entre los violines primeros o ser el concertista, por ejemplo.
Allí están ellos, los integrantes de la Orquesta Juvenil de Cd. Obregón. El camino es difícil por las limitaciones económicas y escasez de espacios donde ensayar y ejecutar los conciertos. Requieren apoyos a la altura de sus objetivos.
Esta es una buena oportunidad para organizaciones como la recién formada Alianza Universitaria por la Paz que tiene entre sus objetivos el desarrollo cultural de nuestra sociedad.