Sin ídolos del ring

En una pelea emocionante, Rafael Márquez (37-3, 33 KOs) conquistó la corona supergallo del Consejo Mundial de Boxeo al derrotar por nocaut técnico en el octavo round a el campeón Israel Vázquez (41-4, 31 KOs).

La pelea no sólo emocionó a los poco más de 5 mil aficionados que se dieron cita en el Home Depot Center de Carson, California, sino además movió estos días algo del interés por el box que alguna vez tuvieron los mexicanos.

Desde que Julio César Chávez perdió su campeonato y no volvió a ser el mismo, la afición mexicana se fue empequeñeciendo por la falta de grandes ídolos como los que tuvo en el pasado.

Han aparecido en estos años recientes algunos buenos boxeadores, pero ninguno con el carisma necesario para despertar pasiones.

La causa, es bien sabido, radica en el excesivo tiempo que la televisión y con ella otros medios dedican al futbol.

Desde hace algunos años pareciera que el único deporte importante en México es el de las patadas, y los demás son sólo pequeñas distracciones para entretener al público mientras descansan los futbolistas.

A los jóvenes de hoy les parece casi imposible que hubo un tiempo cuando el país se paralizaba sólo porque ese día iba a lanzar Fernando Valenzuela.

Tampoco conocen a más de tres boxeadores de esta época. Qué lejos están aquellos tiempos en los que un joven se sabía no sólo el nombre de Rubén Olivares sino además el de José Medel, Chucho Castillo, Rafael Herrero, Famoso Gómez, el “Chango” Carmona, y otros que sin ser campeones del mundo eran verdaderos ídolos de la afición.

Ahora el nombre de Rafael Márquez (que para colmo no es el “Rafa Márquez “ más popular, usted entiende) está en boca de todos por el campeonato y la buena pelea que protagonizó.

Pero esa emoción sólo dura mientras empiece a rodar el balón en uno de los mediocres partidos de futbol este fin de semana.