Cy Young, el rey de las victorias
Rogelio A. Letusé
Martes 17 de Abril de 2007
Denton True Young, el lanzador más ganador de todos los tiempos, fue un verdadero cinchete desde el mismo momento en que hizo su primera aparición en la Liga Nacional estadounidense en 1890.
Young, nacido el 29 de marzo de 1867 en Gilmore, Ohio, impresionó a todos desde que a los 23 años realizó sus primeras prácticas con las Arañas del Cleveland.
En un entrenamiento con ese conjunto, Denton tumbó una cerca con sus lanzamientos. Posteriormente se le preguntó a un buscador de prospectos, quien no había estado en el terreno al momento de ocurrir el hecho, qué parecía aquello.
Este inmediatamente expresó que al parecer por allí había pasado un ciclón. Así surgió "Cy" Young para el mundo beisbolero.
No obstante, la presencia del nuevo fenómeno del pitcheo provocó burlas por parte de los fanáticos asistentes a su primera confrontación contra el Chicago.
El poco refinado campesino había aterrizado allí con bombachos confeccionados para un hombre varias pulgadas más pequeño que él, pero con una camisa extremadamente ancha que le bailaba en el cuerpo.
Una vez comenzado el partido, los bateadores del Chicago caminaban hacia el "homeplate" arrogantes y confiados. Mas, uno tras otro tiraba el bate desconsoladamente y regresaba al banco confundido y perplejo.
Según transcurrían las entradas, la efectividad del joven aumentaba y finalmente los de la "Ciudad de los Vientos" abandonaron el diamante derrotados y ciegos de rabia.
Entonces, según "The Sporting Life" (1890), "la multitud que se había reído de la figura singular del nuevo lanzador se paró masivamente y le tributó una cerrada ovación".
Esa sería la primera victoria de Cy en su largo peregrinar de 22 años por las Grandes Ligas, los cuales le valieron para archivar 511 triunfos frente a 313 fracasos y un promedio de 620 en juegos ganados y perdidos.
Cy, que medía 6.2 pies y pesaba 210 libras, poseía una preparación física fuera de lo común, dada quizás por su trabajo previo como separador de rieles ferroviarios.
La durabilidad y excelencia de este veloz tirador le permitieron ganar más de 30 juegos en cinco ocasiones y 20 ó más en otras 15 oportunidades.
Tal alarde de consistencia hacen de la marca implantada por Cy Young uno de los hitos más extraordinarios que se hayan registrado en este deporte, pues obtuvo 94 victorias más que el magistral Walter Johnson, quien le siguió los pasos con 417 éxitos.
Young, quien accedió a las Ligas Mayores por la suma de 500 dólares, lanzó sólo tres partidos sin permitir hit ni carrera en su longeva vida deportiva.
La primera de esas joyas tuvo lugar en 1897, pitchando para el Cleveland de la Liga Nacional. Ese desafío contra el Cincinnatti concluyó 6x0, y sólo se le embasó un hombre por transferencia.
Young, que ya en 1901 se había convertido en la súper estrella del pitcheo de la recién fundada Liga Americana, elevó la parada en 1904 y lanzó una obra maestra contra los Atléticos sin que un solo hombre pisara las almohadillas.
Tan concentrado había estado en su triunfo de 3x0, que sólo se percató que había tirado un juego perfecto cuando el jardinero Chick Stahl le entregó la pelota, después de consumado el último out del encuentro.
El tercer no hit sobrevino en 1908, cuando ya Cy tenía 41 años. Esta vez la víctima fue la escuadra de Nueva York, que sucumbió 8 x 0.
Pero Young no sólo se destacó en partidos de la temporada regular; también fue un valladar en encuentros de la llamada Serie Mundial.
En 1903, por ejemplo, lanzó en cuatro juegos del Clásico Otoñal para los Medias Rojas de Boston, y logró allí dos victorias. Así coadyuvó decisivamente a la obtención del cetro por parte de ese conjunto.
La fecha más memorable para Young, no obstante, fue el 13 de agosto de 1908 cuando, patrocinado por el Boston Post, se le dedicó un "Día".
En esa ocasión se suspendieron todas las actividades de la Liga Americana y se confeccionó un equipo todos estrellas que enfrentó a los Medias Rojas, en un juego de exhibición en el cual Cy lanzó dos entradas.
El retiro del astro ocurrió el 27 de noviembre de 1911, a la edad de 44 años, cuando militaba con los Bravos.
Ese fue el momento escogido, porque según él: "Cuando la tercera base tiene que fildear lo que me pertenece, ha llegado el momento de partir y por eso me voy".
Era cierto, Cy Young dijo adiós al deporte activo al igual que se marchó del reino de los vivos, en Ohio, el 4 de noviembre de 1955, a los 88 años.
Sin embargo, las marcas por él implantadas, que se me antojan irrompibles, permanecen incólumes y seguirán siendo acicate para todo aspirante a lograr la perfección en el montículo, que él cinceló con maestría sin par.