Sí: “Intoxicación beisbolera”
Jesús Alberto Rubio
Miércoles 11 de Julio de 2007
Si de crónicas se trata, la del Lic. Asención “Tibo” Sánchez Vázquez en torno a la reciente ceremonia de entronización en el Salón de la Fama del béisbol en México.
En serio que mis respetos por los detalles y la forma de recrear e ilustrarnos de lo acontecido en la ciudad regia de Monterrey con cuatro días inolvidables al lado de grandes y grandes del béisbol mexicano. Imagínese compartir esos gratos momentos con los nuevos inmortales y ex entronizados, además de un caudal de gente relacionada con el Deporte Rey.
Ahí estuvieron Miguel Solís, Jesús Sommers, Rudy Sandoval, Rodolfo “Mulo” Alvarado, Raúl Cano, Armando Rodríguez, Marcelo Juárez, Herminio Domínguez, Pedro Barbosa, Angel Macías, el doctor Arturo León Lerma, presidente ejecutivo del Club Naranjeros; José Luis Martínez, también con el mismo puesto con los Venados de Mazatlán; Luis Carlos Joffroy, flamante gerente de los Algodoneros de Guasave; Pepe Maiz y Roberto Magdalena, propietario y presidente de los Sultanes… faltaría espacio para citar nombres y nombres entre los 500 asistentes al memorable evento celebrado la noche del lunes 2 de este mes en los jardines de la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma.
La exquisita crónica del “Tibo”
Pero qué tal y si de una vez nos introducimos a la exquisita crónica del gran “Tibo”, presidente del comité elector del Salón de la Fama en Guaymas y de la Asociación de Cronistas Deportivos Guaymas-Emplame? ¡Andale!
“El sábado 30 alisté maletas y con gran entusiasmo y emoción me trasladé al aeropuerto de Hermosillo, con destino a Monterrey. Fue irrenunciable la invitación de mi dilecto Jesús Alberto Rubio para atestiguar la ceremonia de entronización al nicho de los inmortales del béisbol en México en su edición 2007.
Allí, en el “General Ignacio Pesqueira”, el saludo a Aldo y Dinorah Alcaraz Sánchez, hijos de Francisco “Zurdo” Alcaraz Munguía, uno de los cuatro elegidos para el Salón de la Fama por su destacado desempeño como ampayer profesional.
En el Radisson Gran Hotel Ancira de la Sultana del Norte, Marisa y Aarón esperaban, con toda su descendencia, a excepción de Denia, que vive en Inglaterra, el gran momento de la entronización. Aldo estuvo acompañado por su esposa Cristina Quiroz y su júnior. Marisa de la bella Alina que allá completó sus primeros 18 años. Dinorah de su orgullo y cansancio Jason Barrantes, de tan solo 3 años de edad, un estuche de monerías el criaturón más simpático e incansable en Nuevo León esos días.
Aarón, quien fue el representante oficial de la familia en todas las actividades, fue escoltado por Maritza Reynoso, su esposa, y sus hijos Emilio, Sebastián, Ivana y Santiago, todos, a excepción de Aldo y familia, que viven en Hermosillo, residen en Phoenix, Arizona.
A ellos se sumaron Hiram Rodríguez Sánchez y Ana Lilia de Rodríguez, de Guaymas, primos hermanos de los hijos de Irma Sánchez y “El Zurdo” Alcaraz, nativo el hoy inmortalizado de Empalme, pero avecindados en Guaymas hasta el último día de sus respectivas vidas.
Armando Rodríguez en “La Peña”
Armando Rodríguez, ampayer cubano-veracruzano y miembro del Salón de la Fama desde 1992, fue el invitado especial de los Alcaraz a la ceremonia, dado sus indisolubles lazos de amistad entre los hombres que de azul escribieron gloriosas páginas en diversas gramas del rey de los deportes.
Nacido el 6 de diciembre de 1914 en Matanzas, Cuba, Armando Rodríguez, con todo y la diabetes de la cual se cuida bien, está más lúcido y girito que cualquier cincuentón amargado.
Su participación en la Peña Beisbolera en el café del Liverpool Galerías, en Monterrey, a la que asistió como invitado especial del “teacher” Jesús Alberto Rubio, fue gratamente saludada por los adictos al juego de pelota encabezados por Ramiro Treviño Treviño, Gerardo J. González, Sergio Reyna Flores, César Montalvo, Rogelio Garza Ancira y Juan Filizola González. “Colados” al evento un servidor y el historiador oriundo de Reynosa, pero ya sultán, César Augusto González Gómez.
Fue un verdadero placer compartir la sal y la mesa con ésta luminaria que bajo el nombre de Armando Rodríguez pasea su grandeza y su nombre en letras de oro en siete salones de la fama, entre otras cosas por ser, en 1974, el primer ampayer latino en las Grandes Ligas. ¡Cosa más grande caballero!
Niurka...¡Niurka!
En el Ancira se hospedaron esos días, entre otros, luchadores de la Triple A con el doctor Alfonso Morales a la cabeza. La bailadora española Maruja Heredia y su séquito de músicos y aplaudidores, extravagantes todos aunque en mi tierra les dicen de otra manera.
La cubana Niurka, que en persona luce como una muñeca de porcelana, nada que ver con la que refleja la pantalla de tv. Y los inmortalizados que en vida disfrutaron esa rica e inolvidable experiencia: Alfonso “Houston” Jiménez, Carlos Soto y Benjamín Cerda.
El lunes fue la ceremonia de entronización. El domingo había sido la conferencia de prensa en el Ancira. Magdalena Rosales Ortiz, directora del recinto, atenta a todo. Ejecutiva, inteligente, con excelente memoria y utilización tecnológica. Bastó le fuera presentado para correr la invitación verbal y al llegar a los jardines tener lista mi acreditación con nombre completo y algunos generales.
La verdad impresionante el evento, con la sensibilidad y amor al deporte rey y su historia reivindicada para los pilares de la disciplina de parte de Jesús Alberto Rubio, ampliamente felicitado por su intervención al micrófono y la lectura del historial de los nuevos huéspedes en su calidad de presidente del Comité Elector.
Pedro Barbosa
Entre otros lo felicitó Pedro Barbosa, extraordinario practicante del béisbol amateur y profesional, tres veces campeón bat y estrella fulgurante de unos Sultanes de Monterrey que en gira por la costa del pacífico jugaron en Guaymas. Lo extraordinario es que jugó, y juega, con una sola mano pues la izquierda se la amputó a los 11 años en un población rural de Coahuila.
Hoy en día es un próspero empresario de frutas y legumbres y posee, en el estadio Monterrey, un palco que le costó 68 mil dólares.
Aaron Alcaraz
De Francisco Alcaraz, Rubio dijo, entre otras cosas: “Firmeza en sus decisiones. Su carrera como ampayer en el béisbol mexicano constó de 27 temporadas. Incursionó en la vieja Liga de la Costa del Pacífico en los años 50. Luego tomó parte en la Liga Arizona-México. Participó 10 años en la Liga Mexicana, de 1959 al 68. En la Mexicana del Pacífico trabajó de 1967 al 71 y de 1974 al 77, además laboró dos años (1972-73) en la Liga Venezolana. Nació el 26 de octubre de 1920 en Empalme y f falleció el 1 de mayo de 1996 en Guaymas”.
En el Estadio Monterrey
El martes nos fuimos de béisbol al primero de la serie entre Sultanes y Acereros de Monclova. Invitados al palco de don Pedro Barbosa. Qué personaje este. Su hijo del mismo nombre estudió en Guaymas. Hoy en día es un profesionista de grandes ligas de la bioquímica.
Antes del juego que perdieron los regios, con todo y la punta en el standing, la firma de autógrafos de los nuevos inmortales. Ahí Rubio y Magda entregaron sendas placas a Erubiel Durazo y Mendy López por ser los JMV del 2006 en invierno y verano.
También ahí, como en toda la estadía, fuimos generosamente tratados por el periodista Manuel Renovato, sumado desde el primer minuto de conocernos a la lista de nuestros buenos amigos.
Renovato nos mostró la nueva cara de Monterrey y sus municipios conurbados. Su comida, cervezas, refrescos y postres tradicionales. El paseíllo por la tienda de artículos deportivos Atlética y el aventón al aeropuerto para regresar a casa.
Quedó invitado para asistir al IX Congreso de ASOCRODE que en febrero del 2008 nos toca organizar aquí en Guaymas y al cual también asistirá el historiador Cesar Augusto González Gómez, con sus novedades sobre “La Historia del Béisbol en México”.
He de agradecer en su justa dimensión la propuesta de Jesús Alberto Rubio para formar parte del Comité Elector del Salón de la Fama del Béisbol Profesional en México. Es y será, siempre, un gesto inolvidable”.
jarubio@guaymas.uson.mx