Deportivísimo: Araujo andaba lurio

Me dio un gusto enorme que el maestro Don Alfonso Araujo Bojórquez lanzara la primera bola en uno de los juegos de la final entre Venados de Mazatlán y Yaquis de Ciudad Obregón, desde lejos se le notaba lo lurio al maestro de maestros del béisbol y que bueno que el Club haya elegido honrar a cronistas de la talla de Don Alfonso ¡agarren cría!...

Vaya que el manager de Obregón viene con todo. Homar Rojas ha mandado dos veces la jugada suicida de squeeze play en los juegos de postemporada y en ambas le ha salido bien, aunque en la última el béisbol estuvo de parte del equipo de Sonora, pues aunque se falló, el receptor de Mazatlán Miguel Ojeda no pudo quedarse con la pelota ¡no pites hasta que choques!..

No hay nada como estar en la fiesta grande del béisbol, había bandas de música hasta para tirar a la bolinga, pero donde de plano se pasaron de tueste fue en el área de bleacher (con la perrada ¡pues!), no pararon de bailar, cantar, gritar, pelear y pixtear y la neta hasta hubo momentos en que pensé que estaban dopados ¡Ay patona me estás pisando!..

Por otro cachete el duelo de mascotas entre Venny la botarga de Venados de Mazatlán y el Tigre Chacho la mascota de Obregón, estuvo genial ¡claro! Al autor de esta calumnia por poco lo sorprende con sus bromas Venny el venadito, pero como no somos tontos de ahora sino de hace mucho, logramos adivinar sus negras intenciones y le tomamos una foto antes de que nos convirtiéramos en una de sus víctimas ¡machetazo a caballo de espadas!...

Un gusto enorme volver a saludar a nuestros colegas del Noroeste y El Debate respectivamente, con quienes nos ha tocado contar detalles de grandes juegos de béisbol, incluyendo series del Caribe, esperemos que de tanto vernos no nos vayamos a caer gordos ¡échate ese trompo a la uña!...

Por todos los rincones de Cajeme, lo único que se habla es sobre la final de béisbol y creo que pecamos hasta de optimistas, ya que los aficionados de Yaquis sienten tan seguros la corona que todavía se ponen los moños y se atreven a decir, "ojala que no se coronen en Mazatlán que se vengan a coronar aquí" ¡Macario traite el hacha!

Hasta las amas de casa están metidas con Obregón y están tan pintas que se ponen a criticar los movimientos de los managers ¡agarren cría! Mientras la cena puede esperar, ya que las macizas del hogar no mueven el sartén hasta después de que caiga el último out, el número 54 y si estas moliendo que tienen hambre te expulsan del encuentro ¡zancas de gallo copetón!..

El último recuerdo que tengo del tercer campeonato ganado por Los Yaquis, se remonta a una sala de operaciones, resulta tú que un día antes que Obregón conquistará el banderín, su servilleta estaba siendo operado de una fractura de la muñeca derecha (no se me caía la mano ¡conste!) en un hospital que estaba por la calle No Reelección, que ya desapareció por cierto ¡Trompas de cochi con mal de ojo! Pero no crea que me daban ñañaras, por el contrario mientras los matasanos me metían cuchillo, agarramos una sabrosa plática sobre el título que estaba en juego, ¡ay! de mí si hubieran sido del equipo contrario, me hubieran dejado cuchi ¡toma paloma! Lo curioso que más que una sala de operaciones, parecía una mesa de expertos comentaristas en béisbol y ni cuenta me di cuando me habían puesto el zipper, es más la cirugía pasó a segundo termino, lo que importaba era aquel tercer título ¡No pites hasta que choques!..

Mientras escribía estas letras, los Yaquis estaban buscando coronarse después de dar dos campanazos seguidos en el bello Puerto de Mazatlán y tratarían de finiquitar las cosas en el quinto juego de la serie por el campeonato…

Agradecemos a los lectores adictos ha está columna, que se han reportado de nuez a nuestra mesa de redacción… La vida es muy dura para tomarla tan en serio… Si Diosito quiere nos vemos mañana.