AL BAT: Joe Cambria
Jesús Alberto Rubio / beisrubio@gmail.com
Miércoles 30 de Abril de 2008
Una de las razones del por qué en antaño una gran cantidad de peloteros de EU y unos ¡400 jugadores cubanos! llegaron a Ligas Mayores… se llamó Joseph “Joe” Cambria.
Por unos 25 años manifestó una gran productividad descubriendo y firmando a grandes talentos, lo que me naturalmente me hace recordar en México al inolvidable Corito Varona a quien conocí y traté en Veracruz.
Cambria llegó con sus padres a EU procedente de Messina, Italia, cuando tenía tres meses de edad y en su juventud destacó como jardinero en Ligas Menores, pero en 1916 se quebró un brazo y nunca más se recuperó.
Entre 1929 y 1939 fue propietario de más de ocho equipos de Ligas Menores y siempre daba oportunidad a peloteros que no llegaban a la Gran Carpa. También estaba con de scout con los Senadores cuando la franquicia se trasladó a Minnesota.
Así, quienes no jugaban con los Senadores podía hacerlo en el Albany, de la Liga Internacional; Youngstown, de la MidAtlantic League; Salisbury, la Eastern Shore; Trenton; Hagerstown, la Blue Ridge; en el Harrisburg, la New York and Penn; en el St. Agustine, de fa Florida State; y en los Bayana Cubans, de la Liga Internacional de la Florida.
Imagine eso.
Incluso, se sabe que todos los muchachos firmaban con él sin recibir grandes bonos por sus contratos. Sin embargo, no les abandonaba a su suerte.
Cuando estaban en los campos de entrenamiento les visitaba con frecuencia y les daba el aliento necesario, y cuando les enviaban a las Menores, les seguía también, señalándoles las cosas que habían hecho mal que habían provocado ese retroceso.
Abrió la puerta a latinos
Dicen que el pequeño gran Papá Joe, y a quien se le llamaba de cariño, se distinguió como un scout/buscador de los desaparecidos Senadores de Clark Griffith en la bella isla y de quien se decía era más cubano… que estadounidense.
Al paso del tiempo, persiste lo que muchos califican como “mito” de haber firmado para los Senadores ni más ni menos que a Fidel Castro Ruz.
Cambria se convirtió a partir del segundo lustro de la década del 30 en el principal vínculo intermediario del béisbol profesional cubano con los circuitos de las Grandes Ligas.
En esa época tendió la mano al pelotero latino, especialmente al talento natural cubano que siguió los pasos de aquellos Armando Marsans y Rafael Almeida (Cincinnati, 1911); Adolfo Luque, Rafael Almeida, Mike González, Manolo Cueto, Merito Acosta, Oscar Tuero…
Y de EU, a grandes jugadores como el pítcher Earl Wynn, además de Mickey Vernon, Eddie Yost y George Case.
Salió de una lavandería y…
Antes de arribar al béisbol, la principal actividad de Joe Cambria fue la de lavandero en Baltimore.
Y su contacto inicial con los peloteros cubanos ocurriría casi de manera espontánea, pues tuvo lugar durante un viaje turístico realizado a Cuba en 1934.
Cuando Joe decidió abandonar para siempre su lavandería para trasladarse definitivamente a La Habana, no hubo muchacho cubano que supiese manejar un bate que no recibiera la oportunidad de jugar pelota organizada.
Joe llegó a Cuba y muy pocos supieron de su arribo, pero de inmediato se dio a conocer. Y ligado a Merito Acosta y a Joseíto Rodríguez comenzó a recorrer los circuitos de aficionados, que en Cuba se contaban por legiones, para descubrir una verdadera mina de jugadores de calibre.
Roberto “El Guajiro” Ortiz, quien después fue una de las grandes figuras de la pelota cubana y de México, fue uno de los primeros en firmar sus papeles.
Después siguieron:
Roberto “Tarzán” Estalella, Gilberto Torres, Agapito Mayor, Jorge Comellas, Regino Otero, Fermín Guerra, Tony Zardón, Julio Bécquer, Conrado Marrero, Preston Gómez, Camilo Pascual, Pedro Ramos, Sandalio Consuegra, Julio Moreno, Willie Miranda, Adrián Zabala, Angel Fleitas, Mike Fornieles, Zoilo Versalles, Joey Valdivielso, René Monteagudo y otros muchos más.
“El Guajiro de Laberinto”
El caso de Conrado marrero, es por demás admirable:
Lo envió a Washington a sus 38 años y jugó 5 temporadas (1950-1954) siempre como abridor. Incluso fue seleccionado al Juego de las Estrellas de 1951.
Hoy a sus 96 años vive con su nieto Rogelio, quien lo mantiene al tanto de lo que pasa en el béisbol. Su lucidez es simplemente increíble.
“Llegué después de brillar con el Almendares y los Havana Cubans de la Liga de la Florida, y Clark Griffith a través de Cambria me buscó para firmarme a pesar de que muchos le decían que ya yo estaba viejo para el béisbol. Pero el sabía la calidad de los peloteros cubano y del empeño que le poníamos en el terreno; de nuestro talento y conocimiento del juego”.
Aquí y allá…
También Papá Joe reconoció el talento de peloteros naturales de otros países caribeños, especialmente los de República Dominicana y Puerto Rico, así como de Venezuela donde contrató para los Senadores al notable Alejandro “Patón” Carrasquel, el primero de ese país en el Big Show.
Muchos historiadores recuerdan cuando en plena II Guerra Mundial firmó en total a 12 criollos para la nómina de los Senadores, considerado por muchos el peor equipo de las Grandes Ligas, y de ellos apenas tuvieron apariciones esporádicas seis.
Con todo y Fidel Castro
En Cuba se ganó a pulso gran respeto y reconocimiento, además de ser muy popular, pero cuando la revolución encabezada por Fidel Castro tomó el poder en 1959 e hizo desaparecer el béisbol profesional, llegó el fin de Joe.
Nunca recibió alguna indicación para que abandonara la isla pero su presencia en Cuba concluía al ya no poder firmar a más peloteros profesionales, por lo que regresó a su lavandería de Baltimore.
Joe murió el 24 de septiembre de 1962 en Minneapolis.
¿Los mejores?
Por supuesto que resulta muy difícil es afirmar quién de todos sus grandes prospectos enviados a Ligas Mayores fue el mejor.
Vea estos nombres: Conrado Marrero, Tony Oliva, Luis Tiant, Camilo Pascual, Fermín Guerra, Pedro Ramos, Sandalio Consuegra, Mike Fornieles, Regino Otero, Gilberto Torres, Willie Miranda, Zoilo Versalles, Roberto “Tarzán” Estalella, Roberto Ortiz…
La verdad, fuera de eso…¡nuestros respetos a Papa Joe!