Qué cosa, amigos:
Pasaron ¡40 años! para que Saltillo conquistara finalmente su primer campeonato en la Liga Mexicana de Beisbol….y de qué forma.
Lo del “Equipo Ya Merito”, caray, ha desaparecido, finalmente.
Y lo hizo, ante un gran equipo: los Tigres de Cancún.
Los Saraperos entran así de lleno a la historia del beisbol mexicano, dirigidos esta vez por Orlando Sánchez, con un juego de entrega, de casta y ofensiva.
Y pitcheo, también.
Todo se conjugó en seis partidos; dos victorias en casa, una en el “Beto Avila” y el de esta noche de la coronación en el “Francisco I. Madero”.
Rafael Díaz, el pítcher de la victoria (2-0) y el Más Valioso de la serie, superó a un Francisco Córdoba que parecía iba a extender la serie a un séptimo decisivo.
Díaz, inspirado, lanzó toda la ruta, ¡toda la ruta, amigos!, para siete hits y solo una carrerita, señor.
Pero olvídese.
Con diez extrabases, espíritu de triunfo; tablazos enormes de Refugio Cervantes, Noe Muñoz, Nelson Teilón, y antes, los obuses de Jesús Cota; el bateo efectivo de Christian Presichi, J.J. Muñoz, el enorme trabajo del receptor Jonathan Aceves…José Mercedes, Mario Mendoza Jr., ganando el quinto en Cancún, vital… y así, ¡bienvenido el banderín tanto tiempo anhelado!
Don Alvaro Ley, el magnate sarapero, hizo la chica, me imagino igual la enorme felicidad de Juan Manuel, ¡qué mancuerna!
Y qué decir de los venerables Jesús Sommers, Leo Valenzuela y Fernando Elizondo, coachs en el cuerpo técnico, aportando toda su experiencia para lograr el título.
Mis respetos.
Matías…
Matías Carrillo, no pudo debutar con un campeonato.
Magnífico debut; llegó a la final, pero un hospital civil no programado minó la fuerza del equipo.
Una paliza de 14-1, indescriptibe, en una noche que nunca se olvidará ahí en la capital mundial del sarape.
Menos, los tres tistes tigres en el trigal…
Plinio Escalante Bolio, presidente de la LMB, Jesús Alberto Saucedo Flores, director del Recinto Sagrado del beisbol mexicano, presentes en la gran ceremonia de premiación…. excelente.
¡Qué felicidad para todos los colores saltillenses!
Saltillo, ¡campeón, felicidades!