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A Javier Aguirre, siempre echado para adelante, le va ganando terreno la cautela. Hay temas que intenta gambetear, pero que le revolucionan el interior. Proceso los plantea: comercialización, Calderón, uso político de la selección, ideología, Cuauhtémoc Blanco, los no convocados, sus reglas, el "pacto de caballeros" y su futuro. A continuación, el resultado.
Es sábado 28 de noviembre. Entre el exiguo espacio que hay entre los juegos de liguilla Cruz Azul-Puebla de media tarde y el América-Monterrey de la noche, en la agenda de Javier Aguirre, entrenador de la selección nacional, están marcadas dos entrevistas. A las dos llega tarde. El tiempo es su tirano; las prisas su rutina.
En la sala de espera del Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana de Futbol, entre sentidísimas disculpas por la demora, Aguirre acelera la entrevista con este semanario. Lo espera un palco en el Estadio Azteca.
–Con la cantidad de compromisos que existían desde que llegó a la selección, ¿cómo equilibra el aspecto comercial con el deportivo?
–Fue una de mis preocupaciones iniciales cuando vi el contrato. Me parecía que había muchos sponsors (patrocinadores), pero ya estaba todo firmado. Me dijeron: "¿quieres esto? Pues esto es lo que hay que hacer". Me ha ido bien, he estado cómodo cuando he tenido que hacer una presentación. Esta semana tuve que hacer una con un sponsor importante. Es parte del trabajo.
No soy actor como para salir bien en el comercial o hacer alguna tontería. Entiendo que eso es muy importante para el equilibrio económico de los clubes de futbol, de la selección, del futbol mismo. Mis jugadores lo entienden y son parte de las reglas del juego, aunque de plano, si no hubiera una relación de trabajo no las haría por mi cuenta, y me han ofrecido un montón.
–¿Se pierden horas de entrenamiento para que los jugadores y el entrenador puedan cumplir con los compromisos comerciales?
–Sinceramente no. Te ocupa una hora. Estás aquí cinco días. Me respetan mi descanso, mi entrenamiento, y en esa hora muerta en que (el jugador) está con el celular, tonteando con el jueguito o leyendo cosas: "a ver, ven pa'cá. Ponte esta camiseta y di: chupa refresco fulanito". Ya está. En el global es una hora; en el individual entre 10 y 15 minutos. Sorprendentemente lo han hecho muy bien. Soy muy quisquilloso. Primero la A, luego la B. La A es el futbol, es entrenar y a eso vengo.
–Incluso Felipe Calderón se presentó en… (Aguirre interrumpe).
–Vino una vez (al CAR). En 18 partidos (que Aguirre dirigió) vino una vez.
–Usted es un hombre inteligente, y más allá de lo que decía en una conferencia de que hay que echarle la mano al país, ¿entiende que la selección puede ser utilizada políticamente?
–En absoluto. He estado muy pendiente al respecto. Sé que la Federación Mexicana de Futbol tiene relaciones con el gobierno, las debe tener. El futbol es una parte importantísima del devenir nacional y el regidor es la federación, que tiene un montón de compromisos que atender porque el juego es una responsabilidad social. Nosotros somos parte de la sociedad mexicana y podemos llegar a ser hasta un ejemplo y ayudar con una sola presencia en una cárcel, en un hospital, en un mensaje.
La imagen de los jugadores es muy poderosa y permea en el ánimo del público. La alegría que le da a la gente que gane su equipo un domingo que fue terrorífico o un lunes que no te dan ni ganas de levantarte, porque está cabrera ir a tu chamba porque vas a lo mismo de todos los días.
Soy muy sensible a eso. Hasta dónde es verdaderamente una persuasión social (sic) o una manera de devolverle al pueblo lo que da en la taquilla y hasta qué punto eres el ajonjolí de todos los moles y está siendo utilizada, como tú dices.
–¿Se enteró que el día que la selección calificó se dio el decreto para extinguir la Compañía de Luz y Fuerza? ¿Reflexionó sobre eso?
–Es algo de lo que no me corresponde hablar. Me remito al ámbito estrictamente deportivo. No lo puedo asociar. Es tu análisis, no el mío. Mi labor era ganarle a El Salvador. Asocia lo que quieras, yo no lo voy a decir.
–¿La selección nacional se presta para lavar la imagen del gobierno?
–Piensa lo que quieras de la selección nacional. Yo me dedico a entrenar a un equipo de jugadores para llevarlos a un Mundial. Mi cabeza no da para más, a pesar de tu piropo el cual agradezco.
Este es un extracto de la entrevista que se publica en la edición 1727 de la revista Proceso que empezó a circular el domingo 6 de diciembre.
