Tenías que ser, Vinny…
¡Bombazo contra la barda izquierda, uff!, para un doblete de oro que nos ha dado vida en este clásico… y si este sabadito le ganamos a los dominicanos, ¡empate en el primer lugar!
Un triunfo, al filo de navaja; una victoria sacada ¡con pundonor! en la décima en medio del fragor de la batalla, como bien decía mi inolvidable general brigadier Juan Guzmán García.
Ahora, yes!, cómo cuenta este triunfo combinado con la derrota ¿inesperada? de los Leones de Escogido, temprano, ante los boricuas quitándoles su aureola de orgullosos invictos.
Caray, que si ha cambiado el panorama y pues mire que ¡más que excelente!
Le digo, le digo, esta pelotita redonda puede cambiar todo de un instante a otro, qué cosa.
Así es, por ello es fascinante como lo ha patentizado mi doctor Carlos Rodríguez Candila.
Si, esto no se acaba hasta que se acaba, ¿no Yogi?, de modo que si se vence a Dominicana, ¡a los cuernos de la luna!
Dios te oiga, Jesús.
Y dentro de todo, qué decir del cañonazo de Karim García en su debut caribeño de este año luego de arribar el jueves a Isla Margarita por trámites personales para empatar sensacionalmente el cartón a dos….¡qué momento!
Así, sabroso, clase de recomposición que dio Juan Salvador Delgadillo, ¡señor, no se la veían!
Salvador, ¡nos salvó con la ayuda de Karim y Castilla…!
14 el fila india
Hay que decirlo, que se escuche a los cuatro vientos:
Juan Salvador, ¡formidable! componiendo la figura…y luego esa clase de relevo del vástago del “Manos de Seda” para acreditarse el triunfo.
Vimos, disfrutamos, gozamos, a un Delgadillo tirando “al dedillo” retirando a 14 bateadores consecutivos entre la tercera y la octava entrada y tras ocho episodios para dos carreras y seis hits, con dos ponches y sin boletos cumpliendo así entre bombos y platillos.
Para la novena salió Edgar Huerta cumpliendo el trabajo con un venezolano y de pronto hizo su aparición un Mario Mendoza Jr., que lució como todo un Senior, con madurez a prueba de fuego.
Dramático final
Carajo… se sintió, se sentía: Ese 2-0 nos tenía contra la pared y parecía que estábamos prácticamente fuera.
Sin embargo el script del juego nos tenía reservado ese final, dramático, espectacular con el trallazo de Castilla al fondo del jardín central pegando la bola contra la barda y con Heber en segunda… ¡qué celebración, amigos… no era para menos!
Qué triunfo, amigos, de último hora en la décima con el Vinny elevando su brazo derecho del triunfo y ¡vamos contra los quisqueyanos; vamos por ellos!
Dios te oiga, Jesús.