La conclusión de Javier Aguirre es puntual: ni los europeos están más cerca de Sudáfrica, ni los mexicanos más lejos.
Para ninguna legión, ni la exportada ni la doméstica, habrá preferencias ni handicaps.
El dogma es cero privilegios al elegir a los mundialistas.
"Desplazaré a algunos de estos muchachos que jugaron contra Bolivia, aunque sé que merecen repetir ante Nueva Zelanda. pero es necesario traer a los europeos porque después del juego del 3 de marzo no los volveré a ver sino hasta mayo", indica el entrenador de la selección mexicana.
"Necesito hablar con ellos, verlos, entrenarlos, jugar un rato con ellos para que sepan que están siendo observados, que están siendo considerados, y la gente que tengo en casa sabe que de domingo a domingo es monitoreada".
"Por eso es necesario que vengan los europeos, más allá de la sede, más allá del rival, más allá del clima, quiero hacerles ver lo que pretendo de todos y cada uno de ellos", dijo Aguirre.
Bajo la lupa
Explica que a cada grupo, al que juega en México y al que no tan regularmente juega en Europa, se le da la atención que se necesita.
"Los europeos comen aparte, no porque tengan más o tengan menos, sino porque están muy lejos. Mario Carrillo lleva mes y medio por allá y estamos en constante comunicación".
"A los que juegan en México los vamos a seguir observandoen sus entrenamientos. Mi cuerpo técnico seguirá hablando con sus entrenadores, con sus médicos, con sus preparadores físicos, en esa labor oscura que hay que hacer para saber cómo es el jugador ante la adversidad, ante la crisis, ante la presión, porque nosotros los vemos 90 minutos, pero hay que saber toda la semana cómo están, si llegó tarde y por qué llegó tarde, ese tipo de detalles importantes", agrega.
Generación a futuro
Aguirre expone la juventud de la base de esta preselección, en la que aparecen campeones del mundo en Perú 2005, y en general una generación de prospectos entre 20 y 21 años.
"Estamos ante la gran oportunidad de hacer un equipo muy joven. Giovani, Guardado, Vela, ‘Chicharito’, Barrera, Moreno, Efraín Juárez, que el martes cumplió 21 años; Adrián Aldrete, que lamentablemente no pudo venir. Tienes a campeones del mundo. Tienes a Esqueda y tienes a 10 jugadores de 20, 21 años, que pueden jugar perfectamente en la selección y nadie va a estar preocupado, es una buena generación de chavos que no tienen complejos ni miedo de dar el paso adelante", subraya.
Aguirre reveló, dentro de lo irreal, inútil y peligroso del 5-0 a Bolivia, las conclusiones que le deja el grupo de trabajo con el que arrancó este 2010, y explica que no le sorprendió el rendimiento de algunos.
"No me sorprendieron, pero me gustó el aplomo con el que se pusieron muchos de ellos la camiseta verde. Ustedes vieron los 90 minutos, pero yo llevo tres días con ellos y no sabes con qué ganas, con qué ilusión, tienen un gran orgullo, un orgullo que es un gran ejemplo para todos nosotros, el de estar en la selección, el himno y las ganas de estar en el Mundial. Eso me llamó poderosamente la atención, son chavos con hambre y eso es muy bueno para México", agregó.
"Me gustó verlos levantar la mano, decirme: ‘Aquí estoy para lo que precisen de mí".
"Yo tengo que sacar conclusiones en los dos o tres días de trabajo. Tal vez soy muy quisquilloso con esto, pero estoy atento con su conducta, con su vestimenta, con sus formas, con los horarios, con sus maneras, con sus compañeros, si hay o no un compromiso".
"Está muy claro que en estos días el equipo descansó en jugadores como Cuauhtémoc Blanco, Braulio Luna y Gerardo torrado, los de más experiencia. Está muy claro que no podemos pedirle a ‘Chícharo’ que hable en el vestidor o que levante la mano Jonathan, ahí los veteranos son los que te ayudan a llevar a los jóvenes.
A decirles:
‘Es por aquí, el horario es éste, y éstas son las reglas no escritas de ser un seleccionado mexicano. Hay gente con mundiales a cuestas, Copas América, muchas batallas, y que se la han rifado, entonces los jóvenes están alertas a todo eso", añadió Javier Aguirre.
Braulio resucitado
Sobre el caso de Braulio Luna, quien ya sumaba al menos cuatro torneos a un alto nivel con el San Luis, Aguirre expone su admiración por el segundo aire de este jugador de 36 años.
"Braulio no aparenta la edad que tiene. Te sorprenderías lo bien que está, lo delgado que está, lo bien que entrena. Llega un momento en que el jugador adquiere madurez. Hay jugadores que siendo jóvenes parecen viejos, por su actitud, por su manera de comportarse. Y hay otros a la inversa, como Luna, que le ves entusiasmo, cómo habla de su profesión, y nos sorprendió a muchos ante Bolivia por la velocidad, por la sapiencia, porque puede jugar por dentro, por fuera, porque está en un buen momento y nos puede solucionar muchas cosas", afirma.