Temática relevante enviada por Ronnie Camacho:
“La retirada supone un “shock” nervioso, aunado a la pérdida de popularidad y de confianza, que es la mayor frustración que uno como deportista experimenta. Por ello, es imprescindible el realizar algún estudio o capacitación en determinada área y asumir con conciencia el momento del retiro del beisbol activo.
La frase más repetida entre nosotros, “el momento más difícil, se da cuando llegas al final. Le estas diciendo adiós a muchos años de disciplina, esfuerzo, sacrificio físico y mental. Y la verdad, no todos estamos preparados para ello.
Cuando dejé el beisbol consideré “que ya estaba muy visto además, no me veía muy bien a mis 37 años de edad.
Si bien es cierto que aquí en nuestro país en nuestras ligas profesionales de béisbol la edad no es ningún impedimento para seguir en la lucha, también es verdad que los movimientos ya no son tan ágiles, sobre todo cuando arrancas para la primera base después de batear o cuando los roletazos te pasan por un lado y no los puedes controlar. Ahí, ya puedes ir asimilando cómo te puede ir más adelante si insistes en seguir.
El momento más difícil está a la vuelta de la esquina: empieza a darte cuenta de las injusticias de los fanáticos que antes te colmaban de elogios y ahora te rechazan con el grito hiriente y mal intencionado. Es por eso que no hay que esperar a que el público te retire.
Pero… ¿y después, qué?
La nueva vida alejados de los parques de béisbol, la prensa-difusión, es muy complicado. No resulta fácil aceptar la pérdida de popularidad y dejar de ser una estrella del juego.
La retirada llega por la edad, lesiones o enfermedades e incluso suelen aparecer en el deportista sentimientos de pérdida y un gran vacío.
Adaptarte a la soledad de retiro es una etapa sumamente difícil y más todavía para los que no saben que hacer con el tiempo libre. En cualquier etapa del ser humano, todos debemos de tener el Plan “B”, es decir, asegurar el futuro, buscar una nueva profesión, para que el abismo sea menos profundo.
Debemos tener muy claro que la retirada llega, porque la vida en nosotros los deportistas es muy corta.
Ahora, para los que ni tan siquiera se plantearon un seguimiento de sus acciones, dirán con razón: “El deporte es a lo que me he dedicado siempre y puedo ayudar a la gente con mi experiencia”.
Estoy de acuerdo con esta sentencia, pero, ¿cuántos han sido los favorecidos….? He visto a mis ex compañeros verlos en trabajos de coaches, managers, gerentes de equipos, comunicadores, etc; me da gusto volver a verlos activos, en lo que les gusta hacer. Inclusive, otros prefieren probar en el campo de la política.
En mi caso y de muchos más que incursionaron y que siguen en activo, considero que el haber sido un deportista de élite puede ayudar a mantenerte en buenos cargos políticos.
Siempre tuve ideas muy claras de lo que era es actividad, la que siempre he visto como de servicio social, pero nunca la consideré como una prioridad.
Es por esto que nosotros debemos de trasladar los valores adquiridos durante nuestra carrera en el béisbol (trabajo en equipo, tolerancia a la presión, disciplina…) a nuestra nueva ocupación, para así hacer mas llevadero el “trauma “de pasar de ser “un experto en el deporte”, a un “novato” en el mundo donde te desarrolles”.
Ronnie Camacho