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Un balde de agua fría cayó sobre los aficionados mexicanos que ya creían invencible a la selección tricolor. Uruguay pusop en evidencia el nivel del equipo mexicano al derrotarlo 1 - 0.
No sólo fue la derrota, sino el saberse superado en todas las líneas por los charrúas quienes fueron letales con un centro que tomó Suárez sin marca y de cabeza metió el gol definitivo para la victoria.
El primer tiempo fue de ida y vuelta, con un tiro de Guardado que pegó en el travesaño y puso haber sido uno de los mejores goles de este torneo. No entró y fue la última amenaza mexicana en la portería de Uruguay.
De ahí en adelante los uruguayo empezaron a llegar con más peligro hasta que consiguieron su gol. Enseguida vino un desconcierto de la selección mexicana, los jugadores parecían perdidos y apenas alcanzaban a contener la ofensiva charrúa.
En el segundo tiempo el entrenador Javier Aguirre hizo ajustes, metió a Barreras e Israel Castro para recuperar el manejo del balón.
Los comentaristas aztecas dicen que México tomó el dominio del partido en el segundo tiempo, pero eso no es exacto. Lo que sucedió realmente es que Uruguay, ya con el pase asegurado y en primer lugar, se dedicó a conservar esta ventaja a sabiendas de que lo peor que pudiera pasarles es que México empatara, y aún así pasaban en primer lugar de su grupo.
Para México viene ahora el partido contra Argentina. Muchos pintan al equipo de Maradona como un gigante invencible, pero tampoco eso es cierto.
México puede ganar, y no es optimismo exagerado. Claro, no es fácil, pero tampoco es imposible.
