La popularidad y la estrella de Javier Hernández van más allá del terreno de juego. El talento futbolístico que posee el seleccionado mexicano no está peleado con la caballerosidad y amabilidad que lo han caracterizado en su corta carrera como futbolista.
Este jueves el portal del Manchester United, equipo del Chicharito publicó una anécdota en la que estuvo inmerso el delantero mexicano. Una señorita que atiende una tienda en la localidad inglesa tuvo la oportunidad de atender a Javier Hernández cuando buscaba un producto, cuyo nombre no podía pronunciar de forma correcta, por lo que la ayuda de esta persona fue de gran utilidad.
“A cien kilómetros por hora me dijo: "Me preguntaba si por favor podría ayudarme señorita. ¿Vende usted... lo siento no lo puedo pronunciar en inglés, tagleeteelee? Lo siento. Eso no suena correcto. Lo puedo escribir... oh, mi ortografía tampoco es muy buena. Está bien. Gracias de cualquier manera.
“Rápidamente le aseguré que sabía lo que quería y que le mostraría en dónde estaba.Todo el camino hasta el pasillo de las pastas, se disculpó por no haber podido encontrar por sí mismo el tagliatelle, por la "molestia" que me había causado e incluso por su pronunciación.
Cuando llegamos, parecía que lo había llevado a encontrar un tesoro escondido. Su cara se iluminó y dijo: "Oh, esto es. ¡Sí! Muchas gracias, señorita", comentó la persona que atendió a la estrella azteca.
Posterior a ello, el Chicharito intentó darle una propina de cinco libras; sin embargo, la señorita no la pudo recibir debido a que en ese negocio lo tenían prohibido, por lo que Hernández se sonrojó y le pidió una disculpa.
Ante tal situación, la señorita le comentó que no se preocupara, sabía que era el delantero mexicano de jugaba con los Red Devils, por lo que el mexicano tomó confianza y se despidió de ella.
“Cuando regresé a casa y le platiqué a mi hijo, estaba encantado, aunque ¡estaba enojado porque no le había pedido un autógrafo! ¡Ni siquiera pensé en pedírselo! Sin embargo, al día siguiente me llamaron por mi nombre al área de servicio a clientes y ahí estaba, nada más ni nada menos que mi futbolista sorpresa. Debió haber leído el nombre en mi gafete.
“Resultó que había traído una playera autografiada e incluso una fotografía sin firma, para que se la pudiera dedicar personalmente a mi hijo, una vez que me preguntara su nombre.
Una persona verdaderamente agradable. ¿Su nombre? Javier Chicharito Hernández", describió la señorita que ayudó al mexicano.