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Lunes 25 de Nov de 2024
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Adiós, Mr. Killer

AL BAT: Jesús Alberto Rubio
Miércoles 18 de Mayo de 2011
 

Desde que Killebrew anunció hace unos días que ya no lucharía contra su cáncer, mi deseo era retomar de inmediato su vida en el beisbol.

Esa fue precisamente mi respuesta de hoy a Joaquín Torres, quien en un correo me dijo:

Jesús: Te envío un afectuosos saludo; te felicito por tus amenos escritos y las fotos que son también magnificas. Me gustaría que comentaras algo sobre Harmon Killlebrew, una notable estrella de los Twins y a quien los comentaristas de sus tiempos apodaban La Montaña de Músculos… y Killer. Me toco escuchar algunos juegos por radio cuando él jugaba. Felicidades nuevamente y muchas gracias por incluirme en tu lista de amigos”.

Gracias, Joaquín.


Debo decirle que Killebrew también fue uno de mis grandes ídolos, especialmente cuando jugó con Minnesota en otra época inolvidable y donde él era figura y protagonista indiscutible.

Y es verdad: Harmon Clayton Killebrew tuvo un apodo no muy lejos de lo grande que fue con el bat al hombro: Killer. Ya se imaginará el temor de los pitchers al enfrentarle. Vamos a su historia:

De joven fue un All-State quarterback en Idaho, además de un estrella en la pelota semiprofesional.

En 1954 apareció por primera vez en sus primeros nueve juegos con los Senadores de Washington luego de ser firmado por Clark Griffith para esa organización cuando apenas contaba con 17 años de edad.


Entonces, jugaba tanto de tercera como en primera base, bateando y tirando a la derecha.

Era un jovencito que ya prometía... pero enormidades.

El tiempo, le dio la razón:

En esos días, pegaría un cuadrangular de 435 pies, impresionando por su poder.

De inmediato fue bautizado como Killer.

Pero no todo fue fácil. Su corta edad le hizo batallar para poder establecerse en el equipo grande.

Entre 1954 y 1955 sólo vio acción en 47 juegos y en las siguientes tres temporadas lo mandaron a Ligas Menores.

Cuando regresó a los Senadores, jugaba de tercera base aunque más tarde pasaría a la primera. Eventualmente fildeaba en el izquierdo.

El 59 llegó su primera campaña completa y mire lo que pasó: Apantalló con 42 jonrones y 105 impulsadas. Luego, en el 60 conectó 31 y produjo 80.

Ese 1960 sería el último año de Washington en Grandes Ligas ya que en 1961 su franquicia se trasladó a Minnesota.


Jugando para sus nuevos fanáticos, en 1961 Killebrew despachó 46 vuelacercas. Fue el año de los 61 cuadrangulares de Roger Maris, para dejar atrás la marca de 60 de Babe Ruth.

Con los Mellizos, en verdad que comenzó a escribir sus páginas más gloriosas:

Ganó 6 títulos de jonrones en sus 22 años en la Gran Carpa. Dos veces pegó 49 y en otra, 48.

Fue líder en RBI tres veces y dos en slugging.
En diez temporadas impulsó cien o más. En su carrera ocho veces pegó 40 o más jonrones.

A la Serie Mundial

En 1965 los Mellizos ganaron 102 triunfos y fueron a la Serie Mundial contra Dodgers pero perdieron en siete juegos. Killebrew, afectado por lesiones, no pudo ayudar.

De hecho, ese año fue cuando tuvo su campaña más pobre durante su trayectoria ya establecido como pelotero regular en Ligas Mayores.

Aún así conectaría 25 jonrones. Un año antes había registrado 49 y empujado 111.

En ese clásico los Mellizos se enfrentaron a un Sandy Koufax, quien con todo y su brazo adolorido por la artritis, había ganado 26 juegos, imponiendo además lo que fue una marca por muchos años: 382 abanicados.

Además en esa porada había lanzado su cuarto sin hit ni carrera en igual número de años en forma seguida.

Koufax le ganaría a Jim Kaat el quinto y séptimo juego para la gran coronación mundial.

Los Mellizos habían triunfado en los dos primeros venciendo a Don Drysdale y Koufax, con pitcheo de Jim Grant y Jim Kaat…. Y parecía que iban por el banderín otoñal.

Los Twins traían un cargamento de dinamita cubana con Tony Oliva –campeón bat con .321–, Zoilo Versalles, líder en triples y dobles con 12 y 45, Sandy Valdespino y el lanzador derecho Camilo Pascual.

Parecía que iban directo al título mundial. Sin embargo, Claude Osteen, Drysdale y Keoufax, se lo impedirían.

Los Dodgers ganarían así su tercera Serie Mundial en Los Angeles y Walter Alston obtendría su cuarto banderín otoñal (ganó el único de Brooklyn).


Jugador Más Valioso

Pero ese clásico otoñal sólo significó un mal rato para Killebrew.

El 66 volvería a la carga con 39 cuadrangulares y 110 producidas. Y el 67... 44.

Ganó el título de Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 1969 cuando pegó 49 jonrones, empujó 140 y anotó 145 veces. (En cada departamento fue el líder en esa su formidable campaña).

En Minnesota era todo un ídolo.

Dejó 573 cuadrangulares para la historia,  entre los mejores de todos los tiempos en la Ligas Mayores.

Mantuvo el tercer sitio, abajo de Babe Ruth y Ralph Kiner en porcentaje de jonrón, con 7.0.

Por supuesto que los pitchers le tenían pavor: En siete temporadas recibió 100 o más bases por bolas malas.

Killebrew, al final de su carrera, jugaría con Kansas City en rol de bateador designado, para finalmente colgar los spikes en 1975 tras una notable trayectoria.

Por supuesto que Harmon Killebrew no tuvo problema alguno para ser designado miembro del Salón de la Fama de Cooperstow, en 1984.

Un slugger y emblema de los Twings; todo un aporreador de Grandes Ligas. Muere a sus 74 a causa de un cáncer de esófago. En Paz descanse.

 

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