La vida de Ernesto “Che” Guevara no sólo se circunscribió a la política, la ideología y acción revolucionaria o su función como estadista.
Fue un personaje heterodoxo que también practicó una gama de actividades deportivas, fuesen natación, ciclismo/motociclismo, atletismo, béisbol, golf, tiro y pesca deportiva, el patín y el hipismo/campamentismo/montañismo; navegó sobre el río Amazonas e incluso fue un gran jugador del deporte ciencia como se le conoce al ajedrez.
Quizá usted ya ha visto imágenes cuando incursionaba en el béisbol ya que luego del Triunfo de la Revolución Cubana (1959), perteneció al equipo de “Los Barbudos” al lado de Fidel y Raúl Castro; Camilo Cienfuegos y otros dirigentes.
Para enriquecer este trabajo, me he apoyado en documentos publicados sobre la vida del Chè en el deporte en los sitios www.efdeportes.com/efd9/che2.htm, Armando Ruiz Aguilar (Desde México. Especial para ARGENPRESS CULTURAL y http://www.sancristobal.cult.cu/sitios/Che/deporte.htm.
“Su padre narraría que el Che se consagró a los ejercicios físicos para lidiar su lastre asmático y hacer más llevadera su existencia logrando incluso ser un buen nadador “en estilo mariposa y un excelente jugador de golf.
Además, practicó la esgrima, el patinaje, la equitación, el boxeo, la pelota a mano y con paleta, el tenis, el futbol, el rugby y el alpinismo.
Como estudiante de Medicina, en 1948 participó en Argentina en unos Juegos Universitarios y llegó a los 2.80 metros en su salto con garrocha.
Durante el tiempo en que vivió en México, de septiembre de 1954 a noviembre de 1956, tuvo oportunidad de realizar, con los cubanos del Movimiento 26 de Julio (M26) de Fidel Castro, entrenamientos intensos de acondicionamiento físico, practicando desde remo en el lago de Chapultepec, excursiones y caminatas en Milpa Alta, alpinismo en el Cerro del Chiquihuite y en el Popocatepetl, así como tiro en Texcoco e incluso lucha libre en un gimnasio en la Avenida Bucareli en la ciudad de México.
Al relacionarse con los cubanos muy pronto Guevara sabría del béisbol dadas las aficiones deportivas de ellos por ese deporte, quienes solían informarse sobre los resultados del campeonato de Cuba y de las Grandes Ligas, así es sabido que: “…Sus amigos (cubanos) gustan del beisbol y el argentino del rugby y el futbol.
Así el Che, aunque prefería el rugby y el fútbol, aprendió por primera vez, la lógica del béisbol para luego practicarlo eventualmente en Cuba.
En 1955, consiguió trabajo en México como redactor y fotógrafo de la Agencia Latina. En ese rol, cubrió los segundos Juegos Deportivos Panamericanos, que se realizaron en ese país y en ese año.
El 10 de abril de 1955 escribió una carta a su amiga Tita Infante en la que contó su reaparición en el periodismo deportivo:
"Mi trabajo durante los Juegos Panamericanos fue agotador en todo el sentido de la palabra, pues debía hacer de compilador de noticias, fotógrafo y cicerone de los periodistas que llegaban de América del Sur".
Resaltó el valor del deporte
El Che de la Cuba revolucionaria resaltó el valor del deporte: entregó premios en diversas competiciones, vio algún partido de fútbol, aprendió aviación con el profesor Eliseo de la Campa y pronunció la expresión "otro puntico para Cuba" ante cada triunfo de un deportista de la isla.
Introdujo en el golf a Fidel Castro, con quien también compartió ratos de béisbol, excursiones de pesca y visitas a espectáculos deportivos. Fue también el funcionario del gobierno cubano que dejó inaugurados los principales torneos de ajedrez del país.
Merodeaba los tableros y, con intermitencias, participaba de todas las competiciones que podía. "El ajedrez es un pasatiempo, pero es además un educador del raciocinio, y los países que tienen grandes equipos de ajedrecistas marchan también a la cabeza del mundo en otras esferas más importantes", sostuvo en junio de 1961 al abrir el torneo para organismos estatales.
Salió segundo dos veces en los campeonatos del Ministerio de Industrias (del que era titular) y participó en los torneos del Instituto de Deportes y Recreación (INDER), en los que ascendió de la tercera a la primera categoría.
Jugó partidas simultáneas contra varios de los mejores jugadores de la época (Víctor Korchnoi, Miguel Najdorf, Mijail Tal) y se dio el gusto de vencer al maestro nacional cubano Rogelio Ortega.
Hasta 1964, el Che impulsó y jugó al ajedrez en Cuba. Después dejó la isla y, casi paralelamente, empezó a alejarse de los tableros. Pasó por Praga, donde insistió con el ajedrez, el tiro y el fútbol, y jugó muy informalmente al volibol.
Se le veía en los estadios
Después del triunfo revolucionario y a pesar de los incontables compromisos de trabajo que absorbían todo el tiempo de la nueva dirigencia política cubana, el Che se dio tiempo para jugar y asistir al béisbol.
Al respecto una fotografía lo descubre en el Estadio Latinoamericano, malla de por medio, saludando a dos peloteros estando acompañado por su esposa Aleida y el vicedirector del Instituto Nacional del Deporte. La foto tomada el 1° de marzo de 1964, testimonia su presencia en el juego entre los equipos Industriales y Occidentales, que ganaron los primeros 5 a 4.
Otra prueba de la práctica beisbolística del Che, está documentada el 10 de agosto de 1963 cuando apareció una reseña deportiva, con fotos de Fidel pitcheando y del Che jugando la primera base, en donde se comenta que el Comandante Fidel Castro, el director del Instituto del Deporte, José Llanusa y el conocido mentor beisbolero Gilberto Torres, se dirigieron al terreno de béisbol de la playa de Santa María del Mar para jugar un partido, mismo que no pudo completarse por oscuridad, en un ambiente de jovial camaradería, sobre todo, por la novedad de ver a Che Guevara jugando pelota.
El 9 de agosto (de 1964, el Che) juega en Santa María del Mar con el equipo de Fidel, de segunda base, es la primera vez en su vida que lo hace. El periodista Eduardo Galeano, según se supo después, le reprochará el que haya abandonado el fútbol y se haya pasado al béisbol. “Traidor, le dije, usted es un traidor. Le mostré el recorte de un diario cubano cuando aparecía jugando beisbol”.
Otra anécdota que relaciona al Che con el béisbol es señalada por el cronista deportivo de la Revista Bohemia, Rubén Rodríguez, donde se reseñó uno de los partidos más originales en donde participó el Che, celebrado en agosto de 1964 de la siguiente manera:
“El juego estaba pactado entre el Estado Mayor General y el Ejército de Occidente, pero la lluvia insistía en impedirlo. Nuestro gran líder Comandante Fidel Castro había salido hacia Managua (Cuba) pero allí la lluvia llegó primero y fue imposible jugar. Siguieron después a Mazorra y la amenaza era inminente y decidieron ir a la Ciudad Deportiva donde el compañero José Llanusa, Director del INDER, se dirigía a los alumnos del Pre-Curso De Educación Física de la escuela “Comandante Manuel Fajardo”. Y precisamente cuando Llanusa terminaba sus palabras arribaba Fidel.
Llanusa invitó a los alumnos a presenciar el juego Yo creo que aquí podemos jugar algunos innings, así que vamos a prepararnos –dice Fidel-. Rápidamente se vistieron y se organizaron las dos alineaciones.
La lluvia llegó temprano pero pudieron jugar cinco entradas donde el fango hizo descender la defensiva del equipo de Fidel y provocó su derrota por 7 por 5. Sólo una carrera había sido limpia. El choque fue matizado con escamoteos brillantes del Che en primera (base) y buena ofensiva de Raúl”.
Por lo que leemos el reconocido cronista elogia el juego del Che y de Raúl. En las fotos que acompaña el artículo, aparece el primero bateando con el siguiente texto: "También el Che bateó un sencillo" (10).
Por otra parte es sabido de la incursión del Che Guevara en el deporte gemelo del beisbol, el “softball (y) según Arturo Guzmán que por aquellas fechas (1964) fuera viceministro de industrias:
“Nos refirió que entre los trabajadores de ese ministerio (a cargo del Che) organizaron dos equipos de softball con el fin de distraerse un rato después de la jornada. Algunos pensaron que Che no estaría de acuerdo con la idea; sin embargo cuando éste se enteró participó con ellos en varios partidos, pues era conocedor de que la mayoría de los jugadores regresarían a continuar sus labores hasta altas horas de la noche. La base que jugaba era la primera.
En un equipo mágico de béisbol:
Después de la muerte del Che en Bolivia han corrido muchos ríos de tinta para documentar su historia, sus luchas intercontinentales.
Desde entonces su figura ha sido retomada como emblema de la lucha por la libertad, la justicia y de la pureza revolucionaria, al grado que ha impactado a generaciones y latitudes distintas a las que le tocó vivir.
Por ejemplo para los Estados Unidos se volvió en una suerte de obsesión como lo muestra una hipotética formación beisbolera sui generis, en la que el Che aparece como pitcher novato.
De tal forma en la página web "The Wonderland Warriors" se informa que se ha diseñado un listado fantástico de beisbolistas que incluye como manager al General Casper Weinberger quién en un tiempo se desempeñó como Secretario de la Defensa de los Estados Unidos.
Como jugadores de cuadro se contaría con Omar Bradley en la primera base; Bob Hopkins en los jardines; Douglas MacArthur, jardinero central; George C. Marshall, catcher; Sir Hiram Maxim, segunda; George Meade, shortstop; Richard Meadows en el jardín izquierdo; Chester Nimitz, derecho; Oliver North, segunda; George Patton, primera; John Pershing tercera; y pitchers a William Calley, Karl Von Clausewitz, George Custer, Robert E. Lee, Colin Powell, J.E.B. Stuart, Sun Tzu. ¡Y de pitcher novato a Ernesto Guevara, mejor conocido como el Che!
Referencia al béisbol en un poema
No deja de ser curioso que entre los libros que le incautaron a su asesinato en La Higuera en Bolivia estuviese entre los poemas que él transcribió se encontrase en su mochila uno en el que se hace una referencia al béisbol, según se detalla a continuación:
“Un niño con su trompo,
con sus amigos, con su barrio
con su billete para el cine,
con su pupitre y su pizarra,
con su pomo de tinta
CON SU GUANTE DE BÉISBOL,
con su programa de boxeo,
con su retrato de Lincon,
con su bandera norteamericana,
negro.
Un niño negro asesinado y sólo,
Que una rosa de amor
arrojó al paso de una niña blanca.