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Sebastian Vettel sólo necesita un punto más para convertirse en bicampeón mundial de Fórmula 1, a los 24 años, demostrando una superioridad serena, propia de un deportista mucho más maduro.
La temporada pasada ganó el título en la última carrera, en noviembre, mientras que ahora ya lo tiene en el buche en setiembre.
Este domingo en Singapur ganó la carrera de punta a punta, como se ha vuelto una costumbre, dejando en el camino a rivales desmoralizados y a equipos técnicos desesperados por emular los resultados alcanzados en Red Bull por el diseñador Adrian Newey.
Tratándose de automovilismo, el mérito del ganador suele ser relativizado con la observación de que "tiene el mejor auto".
Esto forma parte del juego. Nunca viene mal tener el mejor auto, es cierto, pero con un buen auto y un piloto de segunda categoría no se ganará ninguna carrera, o muy pocas.
Además, tener "un buen auto" no tiene el mismo valor para todos los pilotos: un coche de F1 es un animal muy complejo y sensible, que reacciona en forma diferente según quién lleve las riendas.
José Miguel Pinochet, comentarista de automovilismo, nos explica que una importante ventaja comparativa de Vettel sobre su compañero de equipo, Mark Webber, es el entendimiento de los neumáticos Pirelli, que ha sido un dolor de cabeza para los equipos y los pilotos.
Según Pinochet, la "lectura" que Vettel hace de sus neumáticos explica en gran parte la diferencia con Webber en las vueltas de clasificación: el alemán obtuvo la "pole" en 11 ocasiones este año.
El ex piloto de F1 Martin Brundle, ahora comentarista, agrega un dato muy significativo: dice que Vettel fue el único piloto que visitó durante el receso invernal la fábrica de Pirelli para recoger las impresiones de los técnicos y especialistas de la fábrica italiana.
La diferencia de rendimiento entre Vettel y Webber se ha acentuado esta temporada. El año pasado, el australiano mantuvo sus posibilidades de título hasta el final, mientras que ahora están separados por 127 puntos en la clasificación de pilotos.
"El año pasado Vettel cometió varios errores al promediar la temporada, pero en las últimas carreras mejoró mucho", nos dice Pinochet. El mejoramiento se ha pronunciado esta temporada.
Pinochet valora en forma especial la concentración como un factor crucial en el rendimiento: "Los mejores son capaces de visualizar lo que harán, como si pasaran una película mental. Tengo esta impresión cuando la cámara muestra a Vettel con los ojos cerrados, concentrándose."
Esto pone en perspectiva la rápida maduración de Vettel como campeón indiscutido: el año pasado, Webber se la pasó con cara avinagrada, convencido de que su propio equipo le estaba jugando sucio, favoreciendo al jovencito presumido, favorito del propietario.
Ahora, el australiano ya sabe que se trata de una diferencia natural.
Fernando Alonso, mejor piloto que Webber y, según muchos, tan bueno o mejor que Vettel, ha sacado todo el provecho posible de una Ferrari mediocre esta temporada: lo prueba el hecho de que ha ganado 100 puntos más que su compañero de equipo, Felipe Massa.
El español, que marcha tercero en la clasificación de pilotos, está resignado y se concentrará ahora en terminar en segundo lugar.
Pero el piloto que más ha acusado la influencia desmoralizante de tener que actuar como comparsa de un campeón es el inglés Lewis Hamilton, que este año ha cometido numerosos errores.
Hamilton es vanidoso, una característica neutral si el sujeto gana, pero que se convierte en una rémora si pierde ante un "advenedizo".
A esta altura de la temporada, Hamilton está 141 puntos detrás de Vettel. El inglés lo atribuye a que McLaren no le ha dado un buen auto y amenaza con marcharse... a ninguna parte, ya que no hay auto ganador a la vista, salvo el Red Bull, donde no lo quieren ver ni en pintura, tan fresco está el recuerdo de sus desavenencias con Alonso.
Pero la excusa de Hamilton queda en evidencia con un simple vistazo a los números: su compañero de equipo, Jenson Button, que terminó la carrera en segundo lugar, también escolta a Vettel en el campeonato de pilotos, mientras que Hamilton está quinto.
"Yo diría que Hamilton atraviesa una crisis mental, que se debe principalmente al rendimiento de Vettel", explica Pinochet.
"De repente se encuentra con un piloto más joven, que lo supera en velocidad punta, en concentración, en sangre fría, en resultados. Es un aprendizaje doloroso para un deportista muy pagado de sí mismo."
Una de las críticas que suelen escucharse es que Vettel "sólo puede correr desde la punta".
El inconveniente para refutar esto es que Vettel casi siempre está en la punta... porque es el más rápido, o "tiene el mejor coche", como dicen otros escépticos.
A esto, Pinochet recuerda que en Monza el alemán protagonizó una formidable maniobra a más de 300 kilómetros por hora, para adelantarse por el pasto a Fernando Alonso y tomar la punta en la pista preferida de Ferrari.
"Ya vemos que también sabe correr de atrás", dice el comentarista.
Ya no hay dudas: Red Bull tiene el mejor coche y también el mejor piloto.
