SERIE FINAL 2012. Amigos ha llegado el momento de la verdad, donde los grandes se separan de los chicos, donde los guerreros salen a pelear por lo que es suyo. La última batalla de nuestro beisbol invernal mexicano. Yaquis versus Algodoneros, dos novenas con ADN propio y desenlaces muy diferentes. Unos están veleando rumbo a la historia, construyendo una dinastía, en proceso de un bi-campeonato, en búsqueda de su sexta corona y otros anhelando el levantar la copa por primera vez en cuatro décadas.
Entre Obregón y Guasave estará el próximo campeón de la LMP, dos de los llamados históricamente equipos “pequeños” le están enseñando a los “grandes” como se hacen las cosas. Yaquis está mostrándole a todos que un buen escouteo gana más partidos que el simple hecho de abrir ampliamente la chequera; que la visión deportiva, mercadológicas y social, pesa más que el tener quince campeonatos en las vitrinas invernales, este es el nuevo beisbol mexicano, en el que los hombres valen más que los nombres uno donde ya está caduco el escudar las derrotas y fracasos con historias y logros de antaño; a este beisbol solo le importa lo que hiciste hoy, tu presente, tu última victoria, tu último campeonato, el ayer se queda en las vitrinas, el hoy está en las ocho columnas de los diarios y en la sonrisa y orgullo de tu fanaticada.
Esta será una Serie Final que se luchará al máximo, Yaquis tratará de vencer por tercera ocasión consecutiva a los Algodoneros en una post-temporada. Los equipos están más que listos, una constante que me da gusto ver en el doblemente campeón es que, cada noche nos ha mostrado un line-up sin cambios, los nueve jugadores que alinean saben de sus responsabilidades, de sus aportaciones en el esquema de trabajo y en lo que se espera que den en el terreno. Esto le da una certeza al jugador, le ayuda a enfocarse en su preparación y por la misma razón dan y entregan en el diamante todo su esfuerzo.
Esta temporada ha sido una muy diferente a la pasada, en esta hemos visto menos dificultades en el camino, el equipo de Obregón maniobró perfectamente en la temporada regular para casi y en “piloto automático” acceder a las fiestas de enero, después con un plan bien elaborado el derrotar a Guasave y por último contundentemente vencieron a los Águilas; un equipo que los “expertos” veían superiores a los de la Tribu.
Ahora que toda la algarabía de la Serie Final llega, debemos de tomarnos unos momentos para meditar una situación que nos atañe a todos como espectadores, y eso es la violencia, antes, durante y después del partido. Amigos aficionados no dejemos que los actos extrabeisbol empañen el bello espectáculo del deporte rey, no dejemos que esos pseudo-aficionados manchen lo que durante décadas ha sido el espectáculo más familiar en el deporte mexicano.
Dejemos que las batallas deportivas las luchen los peloteros y los estrategas, nosotros seamos como lo dice la palabra ESPECTADORES de las grandes jugadas, de los enormes batazos y de las memorables actuaciones monticulares, saquemos solo lo mejor de nosotros, apoyemos a nuestro equipo, con palabras, con cánticos, con bailes, pero no dejemos ir nuestra furia contra los fanáticos o contra el equipo rival, el beisbol es una religión, el estadio es nuestra catedral, como tal respetémosla y respetemos a nuestro prójimo.
Operación Santo Domingo, cuatro partidos por ganar.
Por hoy se acabó, nos vemos en el estadio.
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