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El Rebaño Sangrado

Agencias
Lunes 27 de Agosto de 2012
 

GUADALAJARA.- La Chivas, el equipo más popular del futbol mexicano, vive una crisis terrible. Desde hace ya dos temporadas no pasa de ser un equipo mediocre, uno más entre los de media tabla hacia abajo.

Y Jorge Vergara ya no haya a qué santo rezarle. Su dinero invertido no cuaja en el equipo que va de tumbo en tumbo. Ya se deshizo de entrenadores mexicanos e importó la cosotsa escuadra holandesa encabezada por el legendario Cruyf. Pero los resultados siguen siendo negativos.

Y la afición, lo mismo la de Guadalajara que la del D. F. y de todo el país donde se adora a las Chivas, sigue perdiendo la fe en el equipo y empieza a ver otras opciones, o cuando menos a sentir envidia de los poderosos equipos del norte o del consistente Toluca que de la mano de Enrique Meza parece volver a sus buenas temporadas.

El más reciente descalabro, ante los Rayados

Tras la derrota en Guatemala, Chivas buscaba en el Monterrey un bálsamo para su crisis. No lo encuentra. Humberto Suazo es mucho jugador para un Rebaño Sagrado que no encuentra salida a la crisis. La presencia del chileno resuelve el partido en el segundo tiempo. No hace falta más: dos del "Chupete" y Rayados se lleva el triunfo por 2-1.
 
Desde la banda, John vant Schip voltea a su izquierda. En la banca persigue soluciones. No las hay. El Guadalajara al estilo holandés no camina. En el primer tiempo, sin Suazo en el campo, tiene llegada. Sí. Encuentra la ventaja. Sí. Pero es un simple espejismo en su desértico futbol.
 
Muy temprano, Omar Arellano exige a Jonathan Orozco con un derechazo que el arquero saca apuradamente a tiro de esquina, al minuto siete. "La Pina" se esfuerza por ser un buen solista en medio de una orquesta desafinada.
 
Es Arellano quien toca al minuto 16. El pase filtrado deja a Rafael Márquez Lugo de frente al arco. Mide el bote. Dispara de zurda. El contacto es malo. Pero vale lo mismo. La pelota pasa por encima de Jonathan Orozco. Se mueven las redes. Gol de Chivas.
 
El futbol es un deporte de momentos. El de Chivas dura muy poco. Es apenas un suspiro. Insuficiente para aspirar a una victoria que haga olvidar el ridículo guatemalteco de media semana. Monterrey, aun sin Suazo en el césped, es mucha pieza.
 
Vendaval rayado que inicia con un disparo cruzado de Neri Cardozo (25), que se va apenas por un lado. Dos minutos más tarde, otra mala para Chivas: se va lesionado Omar Arellano; debuta Luis Morales.
 
Luis Michel es exigido por el dominio rayado. Primero, tapa un disparo a quemarropa de Jesús Zavala (7); después, saca un cabezazo del mismo mediocampista visitante (43). Víctor Manuel Vucetich olvida por un momento el disgusto con Suazo. Recurre a él para el segundo tiempo. El chileno es solución.
 
Su sola presencia altera el orden defensivo del Guadalajara, que no es capaz de encontrarle la medida. Al 56, la zaga rojiblanca sale equivocadamente, Miguel Ponce se queda colgado y habilita al "Chupete", que define de primera intención, con pierna zurda, desde el corazón del área. El 1-1 hace justicia al equipo que domina.
 
Monterrey no se conforma con eso. Humberto Suazo olvida también el problema con su técnico. Pone su calidad al servicio del equipo. Y lo que trae en los pies es mucho. Cinco minutos después de igualar el marcador, encuentra la pelota afuera del área. No lo piensa demasiado: derechazo colocado. El vuelo de Luis Michel sirve sólo para hacer más espectacular la fotografía. Golazo. Al 61, Rayados le da la vuelta.
 
Suazo vuelve loco al Rebaño Sagrado. Un minuto más tarde, el chileno filtra una gran pelota para Aldo de Nigris, que encara a Luis Michel. El disparo es tapado milagrosamente por el arquero. Chivas se salva del tercero.
 
"El Chupete" no ha terminado. Al 80, empuja el esférico a las redes por tercera ocasión en la tarde. La bandera levantada de Marvin Torrentera anula la acción. Guadalajara no tiene reacción. A cinco minutos del final, Márquez Lugo manda el balón al fondo. Se encuentra en fuera de lugar y la emoción vale poco. Es todo lo que alcanza a generar el equipo de Vant Schip.
 
El silbatazo final decreta la tercera derrota en seis partidos para Chivas y deja cosas claras: el proyecto holandés no camina y vive de pequeños espejismos. Un equipo que se dice grande necesita mucho más.

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