DESDE C.U., CD. DE MÉXICO.- Cometió el último pecado, el que estaba prohibido. Entregarle en casa el pase a la Liguilla al América, el odiado rival, era un hecho que no se podía consumar a menos que quisiera irse a las filas del desempleo.
Mario Carrillo cayó en la tentación de morirse con la suya y le costó la "cabeza". No convocar a los refuerzos todavía podía pasarse por alto, pero no una derrota como la de ayer contra las Águilas, por 0-1, en CU.
Los asistentes al estadio Olímpico Universitario detonaron casi con el silbatazo inicial los cánticos "¡Fuera Carrillo!, ¡Fuera Carrillo!". Luego subieron de tono, tras el gol de Daniel Montenegro, con los coros que se hicieron clásicos de cada 15 días: "Carrillo es un mari..." y "Carrillo es cu...".
Ese derechazo cruzado implacable, abajo, donde duele, fue suficiente para que la directiva de Universidad hiciera caso por segunda vez a la tribuna, luego de que esta misma exigiera el despido de Joaquín del Olmo, tras caer ante el Cruz Azul.
"Se platicó con Mario Carrillo Zamudio y se tomó la determinación de que está desligado del club. Se quedará al mando estos últimos dos partidos Antonio Torres Servín porque todavía podemos calificar a la Liguilla", informó el vicepresidente deportivo, Alberto García Aspe.
Fue el colofón discursivo, luego de que el polémico estratega tuvo que abandonar el terreno de juego escoltado por granaderos, porque le arrojaban vasos, líquidos y los objetos que los aficionados auriazules encontraron para demostrar una vez más el repudio hacia su persona.
Mientras El Rolfi celebraba el tanto que decretó la tercera victoria en fila para el americanismo, la tribuna local estaba en silencio. Curiosamente el único puma que aplaudía era El Capello.
Los reproches por dicho acto le cayeron encima. Nunca lo dejaron en paz, ni cuando empezó su era como felino, ni cuando agonizó.
"¿Por qué aplaudes? Ya lárgate", espetaron aficionados en contra de su hoy ex técnico.
La versión auriazul del Capello siempre lució triste, deprimida, como si la llegada de su hoy ex entrenador les hubiese arrebatado eso que les ha caracterizado a lo largo de su historia: garra, espíritu y entrega.
Nunca hubo respuesta de los universitarios, nunca. Es más, Carrillo decidió debutar al joven Alan Sánchez, para que la nostalgia por Emanuel Villa creciera.
América en cambio se paseó por CU. El cuadro de Coapa estuvo tranquilo, sin aspavientos, con sólo un sobresalto inicial cuando Martín Bravo erró un mano a mano.
Miguel Herrera sólo hizo corajes por las fallas ofensivas y al final sonrió, porque su equipo logró una victoria para acceder a la fase final.
Los fieles amarillos se conformaron con la victoria por la mínima diferencia. Después de todo su equipo está en el cuarto lugar del torneo.
"Llora, La Rebel llora", entonaron los seguidores americanistas.
Pero también agradecieron al ex técnico de Pumas.
"Azulcrema, Carrillo es azulcrema", se escuchaba.
Terminó así la era del Capello con los Pumas. Los deja en décimo sitio, fuera de zona de Liguilla.
Se va el eterno malquerido en CU. Su pasado águila lo condenó, los resultados lo abandonaron y sus decisiones lo hicieron insoportable para su afición. Por si fuera poco cometió el pecado de caer con el América, para volver al desempleo.