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El peor Barcelona de los últimos tiempos perdió en Milán sin crear ni una sola ocasión. El Barça se olvidó de lo más importante y el disciplinadísimo equipo de Allegri dio una lección a su rival. Para ganar un partido de fútbol hay que tirar a puerta y no lo hizo el equipo catalán, que cayó 2-0 y se ve obligado a levantar una eliminatoria que saltó por los aires.
Kevin Prince Boateng y Muntari marcaron los goles que dejan al Barcelona contra las cuerdas. El Barça jugó en San Siro sin escopeta. En el fútbol existen las porterías para algo y los catalanes las despreciaron. No metieron miedo hasta los últimos minutos con remates desviados de Iniesta, Xavi y Puyol. De todos modos, Abbiati pudo salir sin guantes. El falso dominio visitante resultó más estéril que nunca.
En el minuto 56 Zapata tocó la pelota con la mano, pero el que echó la mano al cuello azulgrana fue Craig Thompson. El árbitro no pitó unas manos escandalosas de Zapata y Boateng, que estuvo en todas y en todos los sitios, batió a Valdés. En el 80 lo mismo hizo Muntari, finalizando de volea una gran jugada milanista.
El Milan nunca muere
Este Milan poco tiene que ver con su historia, pero fue un ejemplo en su justa medida. Sabe lo que tiene, menos que nunca, pero esa debilidad la convirtió en su mejor arma. Jugó al fallo y lo encontró. Se defendió y salió disparado a la contra buscando al portero rival. El Barcelona no supo si el portero milanista era Abbiati, Dida o Rossi.
El nivel de disciplina crece con la falta de talento y eso le ha pasado al Milan. Cada rossonero pensó en el compañero y nunca separaron sus manos. Habían salido juntos y se marcharon juntos. El Barça no fue capaz de encontrar un hueco o pequeño resquicio en el que voltear la eliminatoria. Todo lo contrario. Tiene difícil seguir en la Champions.
El Barcelona se marchó al descanso sin crear una ocasión digna. No tuvo oportunidad ni nada que se le pareciese y la mejor, o la única si decimos la verdad, la tuvo el Milan en un córner ensayado. El remate de Boateng se marchó desviado. El ghanés jugó de todo. Fue el que lanzó unas contras no aprovechadas por El Shaarawy y el que abrió la lata. Su estilo representa la nueva era del fútbol del Milan.
Sin solución de emergencia
Pasó lo que quiso el conjunto de Allegri, que completó un trabajo defensivo extraordinario. El Barcelona se estrelló contra ese muro bien colocado. No funcionó su plan de siempre y a nadie se le ocurrió otra idea. No se recuerda un peor partido de Messi, perseguido y convertido en un futbolista del montón.
Era difícil pensar que podía ser peor, pero lo fue la segunda mitad para el Barça. No tuvo reflejos para cambiar de plan y el Milan marcó las dos que tuvo. Ahora los culés tienen un buen problema. La posesión de la eliminatoria la tienen los italianos.
