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NO a la mariguana: José Sulaimán

José Sulaimán / El Universal
Miércoles 14 de Agosto de 2013
 

Las noticias de la semana en México rondaron sobre el clembuterol —otra vez la burra al maiz—. Noticias de ocho columnas —claro, es escándalo—. Está comprobado que en México un sector de ganaderos engordan su ganado con esa sustancia, puesto que se trata del desarrollo muscular y, con ello, más peso y más dinero.

El año pasado un grupo de jugadores de la Selección Nacional de fútbol dio positivo a ese producto químico, lo que sorprendió a muchos. Hasta que se comprobó que la carne lo contiene. Ahora surge nuevamente el problema. Y vuelven a ser acusados otros jugadores. A muchos les importa “una pura y dos con sal” que sí hayan sido contaminados por la carne.

Lo mismo pasó con Érik Morales, un héroe del boxeo conocido por su grandeza en el ring y por su ejemplaridad en la vida privada. Aun cuando salió negativo en pruebas hechas en Nueva York por la USADA, ésta lo castigó porque le llegaron informes de que en otra parte había sido positivo. El Consejo Mundial de Boxeo los mandó al diablo. La comisión de Nueva York y el CMB lo encontraron limpio después de la pelea también. Érik era absolutamente inocente, la carne mexicana lo castigó.

La carne de ganado con clembuterol existe en México. El problema es tan grande, que sería casi imposible a las autoridades contar con un sistema para detectarlo en todos los restaurantes de México. Yo mismo puedo tener clembuterol. Sin embargo, los organismos deportivos deben iniciar un trabajo extenso para encontrar métodos de investigación sobre el famoso clembuterol. El clembuterol SÍ es una droga, pero nos la embuten por la boca, aunque digan las autoridades que no es influyente.

Otro enorme problema es la mariguana. Algunos estados americanos la están legalizando, tal como lo hizo Paraguay. El jefe de Gobierno del DF, el Dr. Miguel Ángel Mancera, para quien tengo los mejores sentimientos de respeto, reconocimiento y amistad, ha puesto el tema a debate.

Tomo esa oportunidad para expresarme con respecto al boxeo: siempre hemos considerado a la mariguana como una droga. Sin duda alguna ejerce influencia sobre la mente. El ser humano es otro cuando la ingiere.

Cuando tenía unos 8 años y salía de la escuela en Jaumave, Tamaulipas, al pasar por una cantina cayó sobre mí un hombre lleno de sangre por machetazos.  Era pleito de mariguanos. Ví a otros siendo acarreados al médico llenos de sangre frente a mi casa. También mariguanos. Un boxeador, al momento del pesaje, salió corriendo desnudo a la calle. Era mariguano. La mariguana en el boxeo está prohibida.

Debo concluir que esa publicidad mundial para la legalización de la hierba la aceptan los gobiernos del mundo medrosos de la explosión de los medios. Quiera Dios que la fuerza de la razón impere en el hecho irrebatible de que se trata de una droga que ha destruido y destruirá la mente del ser humano.

Pero hablando sólo del deporte, lo importante es diferenciar a un atleta que consume cualquier droga sólo para ganar. Lo que es abominable y deben ser descalificados. Hay otros que usan la droga por vicio. Ellos no se abandonan. Deben ser ayudados a regenerarse, porque son enfermos que cayeron ante la tentación. Así lo hacemos con muchos en el boxeo y logramos que varios se recuperaran. Ahora son ejemplos para la juventud del mundo: Carlos Zárate y Julio César Chávez, entre muchos otros. Lo importante es tener todos los medios de investigación para que siempre haya justicia.

No se puede dudar de que el cambio generacional ha herido los valores familiares. Antes las drogas eran el diablo y así lo tomaba la familia. Ahora con tanto escándalo por drogas, con tanta publicidad sobre su legalización, los jóvenes ya creen en ellas, que no son el diablo como de niños les decían. Ha aumentado su consumo. La nueva generación pisotea los valores familiares del pasado. Al cabo dicen que “sí se puede”.

Nuestro pasado era en México otra vida, otras costumbres, siempre con la firmeza de los padres. El hablar de las drogas era un pecado sobre los valores de la familia.  Ahora, ¿cuáles valores? La invasión de la droga y la postura de algunos gobiernos a aceptarla, ha tocado le mente de las nuevas generaciones, de que ya no es el diablo.

¿Podríamos todos los mexicanos unirnos para devolver a todos nuestros hogares esos valores que han sido el orgullo de la historia de México y su virgencita de Guadalupe?

En el boxeo estamos luchando… esperamos ganar.

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