Durante ya hace varios años se ha venido especulando la idea de si los lanzadores deberían tener más protección, esto debido a la cercanía que tienen con los bateadores, los cuáles en múltiples ocasiones han terminado bateando una pelota que se impacta en el cuerpo de los pitchers.
En lo que va de este año 2014 durante los entrenamientos primaverales de las Grandes Ligas y su naciente temporada regular 2014 algunos pitchers han sido víctimas de pelotas que se han impactado ya sea en su rostro o en su cabeza.
Uno al cual todos recordarán es al cerrador cubano Aroldis Chapman de los Rojos de Cincinnati (quien promedia una velocidad promedia de 100 MPH con su recta de 4 costuras, siendo la velocidad máxima alcanzada por él de 106 MPH, la mayor velocidad registrada en la historia de MLB). A unas cuantas semanas de que los Dodgers de Los Ángeles y Diamondbacks de Arizona inauguraran la temporada en Sidney Australia, Aroldis recibió durante un encuentro entre los Rojos de Cincinnati y los Reales de Kansas City un pelotazo conectado por el cátcher venezolano de los Reales, Salvado Pérez, a una recta lanzada por el cubano, la cual se impactó en su rostro.
Afortunadamente Aroldis salió del partido por su propio pie, pero a pesar de eso sufrió una fractura craneal lo cual hasta el momento lo mantiene fuera de los diamantes al serle implantada una placa metálica para reconstruir la parte rota de su cráneo. Una vez más se ha comenzado a retomar el tema de la seguridad en los lanzadores.
Durante el receso invernal hubo muchas ideas para proteger a los pitchers de impactos de pelota en su cabeza, como el crearles un casco parecido a los de los jugadores de fútbol americano, pero más chico y liviano. Al final la idea que fue aceptada por Major League Baseball (MLB) y por la Asociación de Peloteros, fue acondicionar las gorras de los lanzadores con un tipo de goma espuma; este material en caso de un golpe absorbería la mayor parte del impacto, protegiendo así la integridad del lanzador.
En la opinión de un servidor, no es mala idea tratar de brindarles un poco más de protección a estos jugadores que están expuestos a este tipo de accidentes, debido a la cercanía que tienen con el home plate y la velocidades que alcanza el esférico al ser bateado, recordar que en Grandes Ligas la recta promedio de los lanzadores alcanza las 90 MPH. ¿Cuál es la manera ideal de hacerlo? Pues les diré que no se me ocurre una buena idea para poder proteger la integridad de los lanzadores.
Mucho se especuló que durante la pretemporada de las Grandes Ligas algunos lanzadores usarían a manera de prueba este prototipo de gorra protectora, pero nada de esto pasó y fue hasta el pasado viernes 18 de abril del presente año, que el lanzador Todd Redmond de los Azulejos de Toronto fue el primer lanzador en aparecer durante un partido con esta gorra que a primera vista luce un poco más amplia de lo común y que tal vez al principio pueda ser un poco incómoda para quién la utilice.
Pero mientras son peras o son manzanas, golpes o sustos, los lanzadores que deseen más seguridad a la hora de realizar su trabajo tendrán que utilizar esta gorra y acostumbrarse a ella, mientras se inventa una forma más ortodoxa para brindarles más seguridad.