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HERMOSILLO.- El amor al futbol de Jesús Tecatito Corona (Hermosillo, 1993) lo tiene hoy en una posición privilegiada. Titular del Twente de la liga holandesa, este año fue convocado para la selección mexicana de Miguel Herrera.
Jesús es el tercero de cinco hijos del matrimonio entre Martha Elena Ruiz y Narciso Corona, ambos originarios de Higuera de Zaragoza, Sinaloa.
A los 6 años, por seguir los pasos de su hermano Narciso Iván, nueve años mayor, pidió que lo inscribieran en un equipo de futbol.
“Era la mejor solución para mí. Cuando se empezaba a portar mal o empezaba a flojear en la escuela, lo amenazaba con quitarle el futbol y rápido se componía”, dice la señora Martha Elena.
Llegó a la Liga OXXO Hermosillo, en el equipo de Pumas.
“Él me pedía futbol, que quería jugar igual que su hermano, y como era muy hiperactivo, pues yo pensé que eso me podía ayudar para que enfocara sus energías. ¡Pero era lo mismo! ¡Venía del entrenamiento y seguía de tremendo aquí en la casa!”, recuerda.
“Me recomendaron que lo llevara a ese equipo porque les hacían falta niños. Ya había empezado la temporada y el entrenador me dijo que lo dejara un entrenamiento para verlo y, ya después, rápido me pidió los papeles para que lo pudiera inscribir”, recuerda.
El ascenso de Corona en el futbol fue notable. Desde su primera temporada fue seleccionado por la Liga OXXO para eventos representativos y a lo largo de su pasó por el futbol infantil participó en torneos estatales, regionales y nacionales.
Un maracanazo personal
Cuando estaba en tercero de secundaria, el pequeño Jesús, junto al equipo de la secundaria general 6 Luis Donaldo Colosio, ganó la Copa Coca Cola en su edición municipal, estatal, regional, nacional y la fase internacional. La gran final fue en el mítico Estadio Maracaná, en Río de Janeiro.
“Te puedo decir que él fue la clave. Teníamos un muy buen grupo, algunos juegan también profesional ahora en segunda, pero él aportaba el talento con el que llegamos a eso”, recuerda Ubaldo Villalobos, entrenador de la Colosio.
Curiosamente, Corona jugó en ese equipo casi a escondidas de su papá y entrenadores de las ligas organizadas, pues en ese momento era parte de la selección Sonora, por lo que le pedían que se abstuviera de ver acción con otro equipos.
“Estaba en primero de secundaria, pues yo ya lo había visto; ya sabía que era un muy buen jugador, pero me dijeron que se tenía que cuidar, y aunque él quería jugar, pues su papá, justamente, no lo dejaba”, relata el profesor Villalobos.
“Para segundo de secundaria, a escondidas de su papá, le pidió a su mamá los papeles y me los trajo y empezó a jugar y se acopló bien con el equipo. A la fecha yo se los platico a mis alumnos, pues es una gran motivación”, indica.
Llega a Rayados del Monterrey
Cuando terminó el torneo de Brasil, muchos buscadores ya le habían puesto el ojo. Incluso el Santos de Brasil tenía ya listo un contrato para Jesús Corona.
“Pues llegaron y lo querían firmar ya. Yo les dije que no estaban sus papás, que yo lo único que podía hacer era darles mis datos y los de sus papás para que los contactaran”, recuerda Villalobos.
Corona regresó junto al equipo a Hermosillo, donde los recibieron como héroes. El equipo seguía en los festejos cuando ya tenían muchas ofertas por Jesús.
“Nos empezaron a hablar todo mundo, nos llegó esa oferta de Brasil y la verdad es que nosotros queríamos que se quedará aquí, en casa, unos años más. Nada más tenía 15 años, pero él estaba muy ansioso, se quería ir, quería jugar y nosotros estábamos muy indecisos. Rayados nos ofreció muy buenas cosas para él; no sólo jugar, también la escuela, y la verdad es que nos dieron mucha confianza”, explica Narciso Corona, su padre.
Pero el futbol también duele...
Jesús llegó a Rayados del Monterrey en 2008, días después de su aventura en Brasil. Rápidamente fue convocado para los procesos de selecciones menores.
Sin embargo, su gran perseverancia estuvo apunto de ver el final. Apenas días antes del Mundial Sub 17 de Nigeria 2009, pese a que fue parte de todo el proceso de preparación, el entrenador José Luis González China lo dejó fuera de la lista definitiva.
“A todos les extrañó mucho esa decisión, y más porque quien ocupó su lugar fue un hijo de Daniel Guzmán que no había estado en el proceso. Estaba destrozado y me decía que quería dejar el futbol”, recuerda su padre. “Creo que fue el golpe más fuerte de su carrera, pero afortunadamente logró recapacitar y regresó a su equipo para empezar desde cero”, señala.
Dos años después, el 7 de agosto de 2010, Víctor Manuel Vucetich lo debutó, con sólo 17 años, en Primera División. Después fue parte del equipo para el Mundial de Clubes de 2012, en el que tuvo una destacada actuación y acudió con la Sub 20 al Mundial de Turquía 2013.
En ese año, el Twente pagó al Monterrrey la cláusula de rescisión de contrato y lo llevó al futbol holandés, y a sus 21, recibió su primera convocatoria para el Tricolor. Debutó ante Holanda, el 12 de noviembre, partido en el que dio un pase para gol a Carlos Vela (México ganó 3-2).
“Para él ha sido lo mejor estar con la selección mexicana, pero no se conforma con eso, quiere más y sabemos que lo va a lograr”, señala su madre.
¿Por qué Tecatito?
Por cuestiones de mercadotecnia, pues el Monterrey tiene un contrato de publicidad con la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, no le pusieron en la playera el apellido “Corona”, por lo que sólo decía “Jesús C”. El entrenador Vucetich lo tomó con gracia y le puso Tecatito.
Nada con la pelota caliente
Tecatito traía el deporte en la sangre, pues su padre fue beisbolista y llegó a jugar en ligas semiprofesionales.
Don Narciso explica que Jesús parecía tener también talento para la pelota caliente: “Tiraba muy bien con los dos brazos, era impresionante, pero nunca me dejó que lo llevara a jugar.”
De ahí quizás se explique que la vida de Tecatito Corona sea puro amor al futbol.
