El jugador de los Atléticos de Oakland, Yonder Alonso, dijo que actualmente la tecnología está muy metida en el juego, y en el mismo medio del partido te ponen un iPad con toda la información posible del lanzador rival.
“Pero yo no soy muy propenso a aferrarme a eso; prefiero seguir el juego por mí y no ser un robot de lo que me dice la máquina. Respeto eso, me ha ayudado, pero no me ciego. Tengo una línea muy fina con eso, porque es muy fácil estar todo el juego con camaritas y computadoras sacando imágenes y por cientos, pero muy complicado ser el tipo al que le parten el bate con una recta a 96 millas”, expresó.
Y agárrese con lo que sigue, verá:
“Juego casi 200 juegos al año, contando la preparación. Y por ejemplo, en Spring Training lo habitual es levantarme a las 4:30 de la mañana, voy para el parque, hago pesas, tomo el desayuno allí mismo a las 6:30, a las 7:00 hago práctica de bateo, hay mitin a las 8:30, de 9:00 a 11:00 hay prácticas, de 11:30 a 12:00 un almuerzo ligero, y a la 1:00 de la tarde hay juego.
Luego, alrededor de las 4:30 una sesión de masajes y tonificación de los músculos, y solo entonces tengo un pequeño tiempo para mi esposa y mi hijo. Eso, durante veintiocho días.
En temporada regular me despierto más tarde, como a las 9, me ponen agujas, hago estiramientos, voy para el terreno, me visto con el uniforme para trabajar de 12:30 a 2:00; me pongo otro para ir a una práctica adicional de 2:30 a 4:00.
Entonces me baño, me pongo un nuevo traje y salgo para la práctica de bateo, que termina como a las 5:30. Me vuelvo a bañar, como algo y salgo para el campo a las 6:15; me alisto, voy a las 6:45 para la jaula de bateo, y al ratico regreso al terreno para empezar el juego.
Lo peor para un pelotero es lo que viene después de los juegos. A veces tiene que viajar 500 millas.
Y en las otras, aunque no haya que trasladarse, tiene que seguir preparándose, porque hay mucha gente empujando detrás para llegar y anhelando el puesto de uno.
Y estos son los frijoles y hay que defenderlos. Por eso allá no hace falta que los entrenadores se metan en tu vida privada. Yo tengo unas cuatro horas al día para darle a mi casa y debo saber qué lo que es mejor para mí, porque esto es un trabajo, uno es un profesional, y si no hago bien lo que se me pide, van a encontrar a otro que pueda hacerlo”.
O sea, amigos: jugar pelota en MLB no es cualquier cosa.
Fundamentos, disciplina, responsabilidad, entrega, competencia, talento, resultados… ufff.
Por algo pagan lo que pagan.
Y no cualquiera se instala y permanece.
El futuro de Cuba en SC
El colega Erasmo González advierte que si la Mayor de las Antillas no crea una verdadera liga de béisbol y se mantiene el embargo a la isla, es muy posible que el equipo cubano no vuelva a ser invitado a la Serie del Caribe.
Indica que, al menos tienen asegurado el viaje a Culiacán, pero que después la presencia de Cuba en las Series del Caribe podría desaparecer, si no ocurren cambios importantes en la estructura de la pelota en la isla y en las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
Y, adelanta: el equipo campeón que salga de la final entre Granma y Ciego de Ávila, más refuerzos que conformarían una verdadera selección nacional a la edición número 59na. del Clásico del Caribe, podría ser el último en asistir a estas lides.
“Literalmente, Cuba no volverá a ser invitada más a la Serie, según informó el presidente de la Confederación de Béisbol del Caribe, Juan Francisco Puello Herrera, quien afirmó que la isla estaría cerrando un ciclo, luego de tres asistencias y un título en la contienda del 2015”.
http://www.heraldodecuba.com/2017/01/cuba-no-sera-invitada-mas-la-serie-del.html
¿Cómo la ven…?