LAS VEGAS.- El púgil estadounidense Floyd Mayweather Jr y el peleador de artes marciales mixtas Conor McGregor, como se esperaba, escenificaron la madrugada de este domingo en el T-Mobile Arena de Las Vegas el mayor "fiasco" anticipado en la historia del deporte del boxeo.
En todo lo que ya estaba escrito y decidido, incluida la aprobación de la Comisión Atlética de Nevada, que permitió que uno de los mejores púgiles de la historia se enfrentase a un boxeador que iba a hacer su debut.
Pero los millones estuvieron por delante de cualquier otra consideración y Mayweather junior hizo buenos todos los pronósticos al vencer a un rival que no fue ni tan siquiera sparring de calidad sobre le cuadrilátero, pero que sí en cambio se llevó una bolsa asegurada de 30 millones de dólares.
Los dos protagonistas que de dedicaron a decir un sin fin de obscenidades, vulgaridades y promesas de "destruir" al rival durante meses, al final demostraron que ni tan siquiera tienen palabra de lo que prometen y expresan.
Hablaron mucho, prometieron todo, y al final como ya habían anticipado los verdaderos amantes del boxeo no ofrecieron más que un espectáculo lamentable desde el apartado deportivo.
Mayweather junior se dedicó a observar como McGregor, sin ningún tipo de velocidad, no movimientos en sus manos, apenas ssacó con cierta clase el directo de izquierda, y menos en los pies, siempre abiertos, y le permitió que hiciese su papel de ganarlos en la puntuación de los jueces, no por méritos de su rival, sino porque él no hizo nada.
A partir del cuarto fue cuando comenzó el entrenamiento con McGregor y el excampeón invicto comenzó a colocarle las manos que quería con las combinaciones al cuerpo y a la cabeza, como había anticipado su padre, y ahí el peleador irlandés de artes marciales comenzó a pedir la hora y abrir la boca.
Todo estaba ya acabado, la historia de los otros asaltos no fue más que ver como Mayweather junior seguía con su exhibición, para colocar los golpes que quería con su mano derecha, mientras que su rival aguantaba para por lo menos con su corazón justificar en parte los millones de dólares que tenía ya asegurados.
De esta manera Mayweather junior, de 40 años, mantuvo el invicto al dejar su marca en 50-0, con 27 KOs, la mejor de todos los tiempos al superar a Rocky Marciano (49-0).
Muchos creyeron que si ya era poco ético enfrentarse a un peleador de artes marciales mixtas que no había hecho un solo combate de boxeo, más lo sería si al final contaba la pelea para su marca.
Nada de eso le importó a Mayweather juniot, ni el que a partir de ahora sea recordado como el púgil que estando en la cima y habiendo demostrado ser el mejor de todos los tiempos, al final traicionó a la integridad del deporte del boxeo.
Para suerte del deporte del boxeo, Mayweather junior volvió a declarar en público que la farsa de combate montado contra McGregor sería su último combate profesional.