La selecciónmexicana está rota.
Varios puntos que contundentemente demuestran esta rotura:
Tata Martino está desesperado, se le nota a disgusto, solamente habría que revisar el lenguaje corporal en las últimas cinco conferencias de prensa.
Guillermo Ochoa se lanza en críticas contra los hoy comentaristas de Televisa, en específico sobre los conceptos de quienes fueran seleccionados nacionales, Rafael Márquez y Osvaldo Sánchez.
Sin dirección deportiva en la federación mexicana de futbol, sus líderes, Gerardo Torrado e Ignacio Hierro, ignorados por Gerardo Martino.
Tres partidos consecutivos perdidos contra Estados Unidos, oficiales todos. Dos finales, una contra los suplentes gringos y un eliminatorio.
La desconfianza del público. A Martino lo contrataron para llegar al quinto partido, y si se nota un sufrimiento en Concacaf, lo que les espera en Qatar.
Extrema preocupación de la imagen de la selección. El último partido contra Panamá de los menos vistos en televisión abierta, solamente 5.4 millones de personas, sumando los 3 millones que lo vieron en TV Azteca y los 2.4 que lo vieron en Televisa, es una cifra muy baja, bajísima.
El grito de “ehhh puto” que tanto afecta a la mojigata FIFA, ha sido pésimamente manejado, parece que los culpables son los futbolistas y no el público, que a propósito lo utiliza para retar a la autoridad, no para insultar discriminatoriamente al portero rival.
Futbolistas que se les nota hartos de estar en la selección, vasta verlos cuando entonan el himno nacional, con flojera, parsimonia, sin sentido. Y cuando empiezan a jugar, la intensidad es nula, el entusiasmo y fortaleza, la mínima necesaria.
Nula autocrítica desde la cúpula. Mientras clasifiquen, parece que no falta nada cuando hay realmente muchas carencias.
Así, no pueden llegar a Qatar. Simple.
sdpnoticias.com