La violencia desatada en el estadio La Corregidora, en Querétaro, tiene varias causas, dos de ellas destacan. La primera es el clima de violencia que vive el país desde hace varios años Violencia que se manifiesta en diversas áreas y ha bañado de sangre el territorio de México.
La segunda, directamente relacionada con este caso, es la promoción del fanatismo futbolero que a diario realizan los medios de comunicación. En los canales de TV deportivos se discute y con pasión teatral toda la información generada en la reciente fecha de la liga mexicana, la de España y en general la que generan los cracks como Mbappé, Cristiano Ronaldo, Messi y otros.
Por momentos parece haber en los TV comentaristas una simpatía por la creación de “barras” de fanáticos de equipos mexicanos similares a las que actúan en los estadios de Sudamérica, de manera especial los de Argentina, donde portar una playera de Boca Juniors puede ser una sentencia de muerte si te encuentras con una barra de River Plate.
Mañana, tarde y noche los canales deportivos en tv abierta y la de paga dedican la mayor parte de sus espacios al futbol alimentando los noticieros de trivialidades que son magnificadas al nivel de suceso extraordinario, por ejemplo, si un delantero amaneció con dolores musculares, un defensa regañado por el técnico o un joven mediocampista que fue visto en un antro.
Esta importancia artificial se incrementa cuando el tema son la selección mexicana y sus jugadores.
Lo mismo que en TV y radio, las secciones deportivas de la prensa en sus versiones impresa y digital son dedicados en forma casi exclusiva al futbol y todas las trivialidades recientes surgidas en ese mundo. Otros deportes como box, béisbol y otros con arraigo en la afición mexicana, quedan al margen, en el segundo o tercer nivel de importancia.
Así se ha generado y fortalecido un fanatismo excesivo e irracional, como todos los fanatismos, en torno al futbol. Claro, hay muchos intereses y dinero de por medio que impulsan esta tendencia.
Luego no es de extrañar que de repente una turba de fanáticos cometa las atrocidades que vimos en el estadio de Querétaro.