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Foto: Roger Maris contempla la placa en honor a Babe Ruth.
Aarón Judge llegó a 60 jonrones en la temporada y está sólo a uno de igualar el récord de Roger Maris, y a dos de superarlo, lo que sin duda ocurrirá en lo que queda del rol regular.
Hay algarabía ahora cada vez que Judge se presenta en la caja del bateo porque los aficionados sienten que están presenciando la Gran Historia del Beisbol.
Y sin duda Judge tiene méritos y muy bien por él. Aún hoy no es tan fácil conectar 60 o más jonrones en una temporada. Antes que él sólo lo lograron Barry Bonds (73 en el 2001), Mark McGwire (70 en 1998; 65 en 1999), Sammy Sosa (66 en 1998, 64 en 2001; 63 en 1999).
Sin embargo la calidad de esas cifras desmerece mucho cuando se ponen bajo la lupa las circunstancias en las que fueron alcanzadas, en concreto, son jonroneros en una época en la que se juega con pelotas más dinámicas, vuelan más al contacto con el madero y algunos de los antes mencionados se hicieron de poder al bat gracias al uso de esteroides y otras brujerías que se utilizan en la actualidad para darle más fuerza a los bateadores.
Frente a ellos cobran más importancia, más presencia histórica los records de Babe Ruth, quien fue el primero en llegar a 60 jonrones (temporada de 1927), cifra que duró imbatible durante 34 años hasta que llegó Roger Maris y conectó 61 en la temporada 1961.
Las hazañas de Ruth y Maris, logradas ambas con los Yankees, permanecen intocables, son todavía la referncia de lo más grandioso del beisbol en el departamento ofensivo, y en el más vistoso, en el de los jonrones.
El gran batazo y la pelota que vuela, se va, se va y se fue, nunca ha tenido mejores representantes que Ruth y Maris.
Los jonroneros recientes no sólo tienen las ventajas antes señaladas, pelotas muy "vivas" y esteroidoes, mejor preparación atlética, sino también una máquina publicitaria que le impone al beisbol la necesidad de tener con mayor frecuencia el espectáculo inigualable de los jonrones.
