El caso del basquetbolista Bronny James, hijo del gran LeBron James, enciende las alarmas en el mundo del deporte.
Brony tuvo un paro cardiaco en un juego de entrenamiento. Por fortuna en el gimnasio había un desfibrilador con el que pudieron recuperarlo y evitar su muerte por infarto fulminante. Esta suerte no lahan tenido otros deportistas y en general personas que con un desfibrilador hubieran sobrevivido a un infarto.
El suyo no es el primer caso y esto llama la atención de especialistas de la medicina, del entrenamiento deportivo y por supuesto de los propios deportistas.
Son jóvenes, llevan una vida saludable porque son deportistas de alto rendimiento. Además, como en el caso de Bronny, cuando están a punto de ingresar al profesionalismo o ya dentro de este terreno, son sometidos a innumerables pruebas de salud que incluyen la de esfuerzo cardiovascular.
Y de repente ocurre lo que pasó con Bronny, caen fulminados por un infarto.
Los especialistas de medicina deportiva buscan la explicación científica para tomar medidas y evitar que esto ocurra. Las respuestas pueden ser varias.
Una hipótesis válida es que los jóvenes en su afán de demostrar capacidad se presionan mentalmente y llevan su esfuerzo más allá de lo tolerable por su organismo.
Es sólo una hipótesis. La problemática debe ser estudiada y analizada a fondo. Muchas vidas de deportistas jóvenes, sobre todo amateurs que juegan y juegan sin darle descanso a su organismo, pueden estar en riesgo.