• Banner
  • Banner
  • Banner
Sábado 23 de Nov de 2024
El tiempo - Tutiempo.net

Eterno debate: Noqueadores contra estilistas

Nigel Collins / ESPN
Miércoles 5 de Julio de 2023
 

Nunca he recibido un golpe en la cabeza de un boxeador profesional. Si así hubiera sido, probablemente no tendría suficientes neuronas para escribir al respecto. Pero, en los años 70, cuando yo era un visitante frecuente al gimnasio Joe Frazier al norte de Filadelfia, el contendiente de peso medio Bennie Briscoe ocasionalmente me daba un golpe amoroso en el antebrazo cuando pasaba a mi lado.

Era un gesto de reconocimiento de un tipo rudo auténtico, y por más que yo apreciaba ese reconocimiento, mi brazo siempre estaba adolorido al día siguiente. Briscoe tenía lo que se conoce en el negocio de las peleas como "manos pesadas", y como consecuencia, cuando Matthew Macklin usó el término para describir los golpes de Gennady Golovkin que lo dejaron retorciéndose del dolor en la lona, sabía exactamente de qué estaba hablando.

La emoción que rodea a Golovkin es comprensible. Aparentemente, el peso medio invicto de Kazajistán tiene un poder golpeador casi sobrenatural, que le viene mejor al héroe legendario de su país, Manas, que a un boxeador del siglo 21; sin embargo, para aquellos que lo enfrenten en el ring, Golovkin es demasiado real, un golpeador veloz y agobiante que suma ya 14 knockouts consecutivos, sin final a la vista.

Siglos después que Manas, el cazador de dragones, inspirara un épico poema y décadas después que Briscoe representara el concepto auténtico de un peleador de Filadelfia, yo estaba afuera de la arena de boxeo del Miccosukee Indian Gambling Resort. A unos metros de distancia, Floyd Mayweather Jr. hacía boxeo de sombra en las penumbras del estacionamiento, esperando entrar al ring. Sus manos se diluían mientras cortaba a través de la noche húmeda de Miami, su rostro juvenil estaba empapado en sudor, y tenía dibujada su hoy familiar sonrisa.

Aproximadamente 15 minutos después, el recién coronado monarca superpluma había hecho su primera defensa exitosa, arrasando al retador Ángel Manfredy en menos de dos asaltos.

Algunas personas pensaron que la pelea fue terminada muy rápido, pero cuando el réferi Frank Santore Jr. la detuvo, Manfredy estaba atrapado en una esquina, tambaleándose por una serie de veloces combinaciones.

Independientemente de lo que uno opine acerca del tiempo en que se detuvo la pelea, nadie pudo negar la peculiar velocidad de manos y su precisión detallada. Aunque él fue afectado por lesiones crónicas en las manos, la velocidad en los golpes de Mayweather produjo un poder explosivo los siguientes cinco años. A veces, él actuó sin esforzarse mucho para conservar sus manos, pero cuando estaba motivado, el Pequeño Floyd era letal.

Tras subir a las divisiones superligero y welter, su porcentaje de knockouts disminuyó debido a una estrategia más prudente y por el tamaño de sus rivales. Actualmente, Mayweather es un golpeador agudo y mordaz, pero lejos de la máquina destructora que pulverizó a Manfredy hace muchos años.

Hay mucha verdad en el dicho de que los golpeadores nacen, no se hacen. Sí un boxeador puede mejorar su poder golpeador al aplicar la técnica correcta, pero hasta ahí. Ninguna dosis de entrenamiento puede convertir a un golpeador promedio en un artista del knockout. O forma parte de su DNA o no.

Hablando en general, los grandes golpeadores pueden ser divididos en dos categorías: Aquellos que tienen el poder basado en la velocidad, y aquellos con manos pesadas. Hay varias divisiones en esas categorías, incluyendo el peleador raro que posee ambas cualidades.

 El joven Mayweather era un buen ejemplo de un pegador de poder basado en la velocidad.

Durante sus mejores años, lo mismo podía decirse de Roy Jones Jr., Óscar de la Hoya, Naseem Hamed, Terry Norris y Shane Mosley. Por supuesto, ha habido numerosos integrantes en cada categoría a lo largo del tiempo, pero el intento aquí no es enlistar cada boxeador que encaja en los grupos individuales. Sino que buscamos explorar el fenómeno al referirnos a ejemplos ilustrativos.

La velocidad no solamente crea el poder, sino que también fortalece el elemento de la sorpresa, que por lo que las víctimas de los pegadores de poder basados en velocidad casi invariablemente dicen que ellos fueron conectados por un golpe que no vieron. Además, el poder basado en la velocidad también permite que ciertos peleadores hagan cosas que, de otra forma, no lograrían concretar.

"El estilo extravagante de bufón sobre el ring de Hamed fue posible por su inesperada velocidad de manos y su poder pegador", escribió Justin Tate, columnista de BleacherReport.com.

Puede decirse que George Foreman fue el principal proponente de la Escuela Golpeadora de las Manos Pesadas. Incluso durante su primera etapa, él nunca fue muy rápido, y fue incluso más lento durante su exitoso retorno. En ese entonces, sin embargo, el Gran George lanzaba golpes rectos y certeros, en lugar de los ganchos que había utilizado previamente, y cuando eran conectados, los rivales se desplomaban como reses golpeadas por el mazo del rastro.

Otros pesos completos en el grupo de las manos pesadas incluyen a Sam Langford, Sonny Liston, Rocky Marciano, Jack Dempsey y Lennox Lewis. Pero la clasificación no está limitada a peleadores con peso superior a las 200 libras. Los semicompletos Archie Moore, quien acumuló 131 knockouts (más que ningún otro boxeador en la historia) y Bob Foster definitivamente pertenece. Al igual que hombres de menor tamaño, como Rubén Olivares, Julian Jackson, Wilfredo Gómez y Khaosai Gallaxy. Entre los púgiles contemporáneos, Adonis Stevenson, Lucas Matthysse, Marcos Maidana y Román "Chocolatito" González ciertamente libran el corte.

Una de las categorías suplementarias consiste de peleadores que podían pelear contra los mejores, pero que tenían problemas para mantenerse de pie. Bob Satterfield, un pegador letal que hizo campaña como peso completo en los años 40 y 50, destaca en este grupo.

Él ganó 35 peleas por knockout, pero fue noqueado 13 veces.

"Satterfield lanzó tantos golpes al inicio de una pelea, que usualmente se agotaba rápido, y colapsaba en cuando le conectaran algo", escribió Bill Dettloff. "Pero en los primeros asaltos, él era infernal".

Probablemente el pegador de velocidad más famoso, pero con un mentón de porcelana, fue Floyd Patterson. Antes de la llegada de Muhammad Ali, Patterson fue ampliamente considerado como el poseedor de las manos más rápidas en la historia de los pesos completos. Él ganó 40 peleas por knockout, pero fue noqueado en 19 ocasiones más que cualquier otro campeón completo en la era de los guantes.

Algunos claman que Earnie Shavers fue el pegador más duro de todos, e independientemente de si merece ese estatus, nadie clasifica su mentón cerca de los mejores. Siete de sus 13 derrotas llegaron antes del límite, comprobando de nuevo que muchos de los que viven a base del knockout están sujetos a correr con la misma suerte.

Los aficionados del prospecto británico David Price esperan que él no sea el siguiente en la fila de pesos completos en posición horizontal del Reino Unido. Price tenía una racha de 15 victorias en fila (13 por KO), antes de que el estadounidense Tony Thompson bruscamente lo puso fuera de combate con un golpe. Eso fue en febrero, ambos se medirán de nuevo este sábado en Liverpool, con las aspiraciones de campeonato y el mentón de Price en juego.

Y no solamente los pesos completos sufren de mentones de cristal o problemas de durabilidad.

Ocurre en todas las divisiones, y algunos peleadores de esa clase de hecho parecen divertirse con todo eso. "Intento darle emoción a los aficionados, bien sea que yo o el otro boxeador sea quien caiga a la lona", dijo Roger Mayweather, quien tuvo los títulos superpluma y superligero durante su carrera. "Me gustaba de esa forma".

Finalmente, llegamos a la categoría más prestigiada del pegador: peleadores que tienen la bendición de contar tanto con manos pesadas como poder basado en la velocidad. Iniciemos con Joe Louis. Aunque él no era ni demasiado rápido ni demasiado lento al estar de pie, el "Brown Bomber" lanzaba su mano derecha con velocidad devastadora. Aquellos que clamaban que el golpe solamente viajaba seis pulgadas quizá exageraban un poco, pero no hay duda de que el golpe de Joe era corto, rápido y mortal.

Los dos Sugar Rays -Robinson y Leonard- lo tenían todo, al igual que Manny Pacquiao, incluyendo a Miguel Cotto. Lo mismo podía decirse de Roberto Durán durante su extenso reinado como campeón ligero. Y no podemos olvidar a Mike Tyson, cuyas pesada manos y velocidad centelleante lo convirtieron en uno de los pesos completos más temidos de todos los tiempos. Lamentablemente, esa forma no duró mucho, y tras su knockout en 1988 sobre Michael Spinks, las habilidades de Tyson gradualmente desaparecieron.

Pero, ¿qué hay con Golovkin? ¿En dónde lo ubicamos entre el rango de pegadores discutidos? Necesitaremos peleas adicionales contra rivales de buen nivel antes de que sepamos con precisión. Todavía tengo mis reservas. (Por ejemplo, consideren cuánto trabajó para vencer a Gabriel Rosado). Pero si él continua arrasando adversarios de la forma tan rápida como nos estamos acostumbrando, GGG eventualmente podría quedar en el mismo nivel que ¿me atrevo a decirlo? Durán, el peleador al que más asemeja.

Incluso, si la grandeza de Golovkin se confirma, en lugar de tener un latino gruñón, lleno de sangre y posturas de macho, tendríamos a un alivianado y casual asesino de Asia Central que no hace caso a su éxito espectacular y que, hasta el momento, nos ha dejado suplicando por más.

Política de Privacidad    Copyright © 2006-2024 InfoCajeme.com. Todos los Derechos Reservados.