Tan mal anda el futbol mexicano que ahora la atención mediática la están acaparando los cronistas, periodistas, narradores y analistas de este deporte.
No pasa día en el que no se publique la bronca de un periodista deportivo contra un jugador o un directivo de futobol, pero lo que vende más son los insultos que se lanzan de un medio de comunicación a otro los conductores de programas aburridos.
Es la lucha por el rating y con tal de ganar unos puntos son capacer de hacer el mayor ridículo, así se fijan en ellos. O de converitr en pleito de comadres las difernecias de opinión.
Otra estrategia de los medios es inundar las redes sociales con una nota sobre lo que dijo o no dijo su estrella. Así nos encontramos hasta en la sopa a David Faitelson, a quien los genios de Televisa tratan de imponer como el referente número de la crónica deportiva y con esto el buen David va perdiendo puntos pues es empujado a decir tonterías.
Desde el otro lado se impulsan las figuras de Martinolli, García, Campos y Zague como el mejor equipo de conductores, lo que está demostrado en los ratings. Cuando juega la selección o en los partidos importantes que transmiten TV Azteca y Televisa al mismo tiempo, se infla el interés por saber quién obtuvo más audiencia.
Así nos vamos yendo con este deporte-industria-negocio que arroja cientos, miles de millones de pesos en ganancias pero aplasta cada vez más la capacidad de raciocionio de los fanáticos.