Cuando sólo restan dos series para comcluir la temporada regular de la Liga Mexicana del Pacífico, algunos equipos ya están más que seguros de pasar a la siguiente ronda, los play off o postemporda, como usted guste llamarle.
Pero hay otros equipos, y Yaquis es uno de ésos, que no tienen nada seguro. Han caminado con un paso lento, titubeante durante toda la campaña, de victorias y derrotas que los colocan en "el alambre" donde un paso en falso puede hacerlos caer de manera definitiva.
Yaquis juegan ahora en su casa contra los Tomateros y cierran el fin de semana en Guadalajara contra los crecidos Charros de Benjamín Gil.
Dos series que se antojan difíciles para unos Yaquis que, pese a su reciente limpia a los Mayos en Navojoa, no han mostrado nada contundente y así como vienen de esa racha positiva podrían entrar a una negativa. Nada es seguro con los Yaquis actuales.
Los aficionados anhelamos la emoción del play off pero no con un equipo que ingrese a esta ronda para ser eliminado en su primera serie, y así parece ser el destino inmediato de los Yaquis.
Ahora sí hay que jugar con la suerte y esperar una reacción tardía del equipo local, aunque en el deporte es poco alentador dejar todo a la suerte. Lo importante es el rendimiento del jugador o del equipo, y aquí los Yaquis parecen tambalearse en el alambre.