Terminó la Serie Mundial que atrajo como pocas veces la atención de cientos de millones de espectadores en América, Asia y Europa.
En buena medida este interés se debía a la historia que hay detrás de la guerra deportiva entre Yankees y Dodgers.
Pero también fue un elemento importante ver el desempeño de los dos jugadores más grandes y mejor cotizados de la actualidad, Aaron Judge, el aclamado "Juez" de los Yankees, y el japoés Shohei Ohtani, también conocido como el "Monstruo" por su enorme calidad como beisbolista que lo mismo batea, pitcha y corre las bases como el mejor.
Esperábamos dos espectáculos individuales a cargo de cada uno de ellos. Pero lo que vimos fue decepcionante.
Un Ohtani que si bien conectó un jonrón y produjo 9 carreras, se vio muy reducido a la hora de pararse en la caja de bateo, tomándose varios ponches que le propinaron los lanzadores rivales.
Y un Aaron Judge que sólo fue un jugador más, mediocre incluso en la Serie Munidal, y no se le vio por ninguna parte el gran beisbolista que fue en la temporada regular.
Sí, lucieron mucho cuando no había la presión al nivel de una Serie Mundial, pero esta serie es otra cosa.