Hasta finales de 2022, el negocio de las apuestas deportivas en México alcanzó un valor de 2 mil millones de dólares, de acuerdo con el sitio especializado en la industria Apuesta Legal.
Este crecimien-to exponencial –antes de la pandemia el mercado era sólo de 600 millones de dólares– estuvo relacionado con el Mundial de Futbol en Qatar y la facilidad de acceso a los juegos de azar en línea por medio de teléfonos móviles.
Las casas más populares son las que resul-tan más lucrativas, aunque la expectativa de ganancia en los grupos no autorizados es todavía mayor.
¿No ocurrirá lo mismo en otras divisiones?, plantea el entrenador uruguayo de Correcaminos, Héctor Hugo Eugui, mientras mira de reojo al circuito más alto.
En la Liga Mx, la casa de apuestas Caliente, propiedad de la familia Hank Rhon, es el patrocinador oficial de 13 clubes, la selección mexicana y el circuito en general.
Especialistas estiman que en un solo partido de Primera División se pueden facturar hasta 180 millones de pesos con apuestas de 300 pesos en promedio. Todo esto nos mantiene alerta, porque se tra-ta de personas que dañan la esencia de este deporte con acciones que están fuera de la ética profesional, señala el presidente de la Tercera División del futbol profesional, José Vázquez Ávila.
Desafortunadamente lo vivimos nosotros, pero con las sanciones que la Comisión Disciplinaria resolvió será suficiente para que todo mundo entienda que los valores de juego limpio en el deporte, de jugar para ganar, tienen que hacerse valer bajo cualquier circunstancia.