"El teatro independiente"
Jonathan Minila
Viernes 05 de Enero de 2007
A pesar del entusiasmo que debería sentir al escribir acerca de un tema que me apasiona, el sentimiento que me invade es otro. Y aunque no todo a lo que nos enfrentamos, los que hacemos teatro independiente, es gris, no puedo evitar pensar en la falta de espacios y de oportunidades para este tipo de montajes.
Pero, ¿a razón de qué tantas privaciones?
El teatro independiente es marginado, y quizá con razón; aunque no por los motivos que podrían pensarse. Una de las barreras principales a la que nos enfrentamos, por distintos motivos, es la apatía del público que, para empeorar la situación, no logra distinguir entre horizontes, y calidad, de las obras que podrían llamarse independientes; causando con ello una mala impresión del término, y pocas esperanzas en él. Es por esa razón que excelentes propuestas quedan bajo la sombra de otras “panfleteras” de muy baja calidad, y de muy mal gusto, que denigran el trabajo de verdaderos artistas que pasan desapercibidos. Y es que, ¿cómo poder diferenciar calidad y propuesta, cuando la asistencia de la gente es nula, y sus conocimientos del arte no han sido alimentados? ¿Cómo poder encontrar calidad cuando no se busca, o se juzga con lo primero que se tiene a la mano, o se encuentra por casualidad?
No trato de decir con esto, que la raíz del problema sea la poca participación del público. Es más bien una consecuencia.