Busca el PRI nueva identidad
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Lunes 19 de Febrero de 2007
México.- Una de las consignas de Beatriz Paredes en su campaña por la presidencia del PRI, fue llevar a este partido hacia la izquierda.
De esa manera se pensaba recuperar una gran parte del electorado popular que apoyó al izquierdista Partido de la Revolución Democrática y a Andrés Manuel López Obrador.
Pero una cosa es la campaña y sus frases, otra muy diferente reconstruir un partido donde tienen mucho peso las fuerzas conservadoras, abiertamente de derecha en algunos estados.
Hablar de un PRI centralista no es tan fácil como en otras épocas pues esta definición le costó caer al tercer sitio ante un partido de derecha, el PAN, y otro de izquierda, el PRD.
Luego, la identidad centrista ha mostrado en este caso no servir para mucho, por eso Beatriz Paredes y su equipo están urgidos de darle una línea política clara a su partido, pero si insiste en que debe ser de izquierda empezará su liderazgo con una mentira flagrante, y si se proclama de derecha difícilmente podrá competir contra el PAN, que ya le lleva mucha ventaja en esto.
Además el PRI que recibe Paredes es un partido fraccionado por pugnas internas y sin el apoyo presidencial que tuvo en otras épocas.
Su actual situación parlamentaria de partido bisagra lo ubican en medio de una incómoda mayoría del gobernante Acción Nacional (PAN) y el principal opositor de la Revolución Democrática (PRD).
Paredes ha sido precisamente quien habló más abiertamente en su campaña proselitista de la necesidad de consolidar un partido moderno y rejuvenecido, con mayor base popular, una posición que se afirma no es mayoritaria en sus filas.
Ricardo Pascoe, a quien se le considera un gran conocedor de las interioridades de las huestes priistas, dijo recientemente que la falta de una orientación política bien definida en el Partido es su principal problemas del momento.
Argumentó que antes en el poder, el perfil ideológico de la agrupación no representaba un dilema, pues ello se resolvía bajo principios políticos que subordinaban a su ejecutivo al presidente de la República de turno.
Paredes, de 54 años de edad y con larga experiencia como diputada federal y en gestiones en la rama agraria y campesina en anteriores gobierno de su partido, fue la primera mujer que llegó a la gobernatura de un estado (Tlaxcala) en México.
Para analistas locales, la nueva dirigencia del PRI tendrá el reto de volver a crecer, ante la realidad de que en los últimos tiempos el PRD le ha quitado importantes sectores del electorados.
Para algunos, el PRI se encuentra ahora en su mejor momento, tras la enseñanza de seis años en la oposición, debiendo asumir un papel humilde en la sociedad, sin sus antiguas aptitudes fanfarronas desde Los Pinos, cuando se despachaba con "cuchara grande".
Para alcanzar su nuevo éxito político, la tlaxcaleña, graduada en sociología en la Universidad Autónoma de México, desplegó una intensa campaña durante el último mes, que la llevó a 40 ciudades del país, en un recorrido de más de 40 mil kilómetros.
Dos senadores pristas, Dulce Maria Sauri y Manuel Bartlet, dijeron recientemente en el programa del conocido conductor Fausto Zapata que su partido tiene que contribuir desde posiciones de izquierda ante la derechización a la que quiere llevar el PAN al país.