Un chero en Europa (2)
Germán Osuna Cruz
Jueves 12 de Abril de 2007
Munich, Alemania.- No es pretexto de borracho, pero la verdad es que en este país es más barato tomar cerveza que agua. Un botecito pinchurriento de agua te cuesta poco más de 3 dólares mientras que su equivalente en cheve cuesta la mitad, entonces para qué pensarlo tanto, que vengan las otras.
La visita al baño que te sale a un promedio de diez devaluados pesos y es aquí dónde no te alcanzan los vivos para enterrar a los muertos.
Aunque Alemania es potencia en cerveza, ya que cada ciudad tiene su propia marca de "cheve" incluso hasta dos, sus marcas quedaron fuera del mundial de fútbol; les ganó el jalón la gringa Budweiser.
Era raro no ver en ningún estadio la famosa cerveza alemana, es por ello que las empresas europeas le hicieron el "fuchi", una guerra no declarada a la Copa del Mundo, pues en cada sede pusieron un estadio paralelo, con pantallas gigantes, el acceso gratis, en franco reto a la FIFA, y en dónde se expendieron todos los productos alemanes, excepto los oficiales.
No se expendía cerveza americana ni de broma y la discriminación hacia las famosas tarjetas Master Card fueron muy comentadas, a pesar de que en la entrada de los comercios está un letrero que era una burla, "Aqui acéptamos éste Patrocinador Oficial, entre para reírnos de usted". Con cash ó lárguese!!! Era más fácil que me aceptaran mi tarjeta de Coppel (y digan que se los dijo un mitotero).
Una noche de hotel, de segunda clase, sin anestesia ni nada, cuesta normalmente en 85 euros (arribita de los cien dólares), si quieres algo mejorcito pagas 220 euros (¿alguien puede conciliar el sueño pagando casi 3000 pesos por una noche?), es por ello que los turistan acampan en los bosques, alrededor de las ciudades, huyendo de los hoteles, soportando frío y con la emoción de que un oso te pegue tu zarandeada o te confunda con su concubina. Pero tampoco es gratis, tienes que pagar 11 euros por noche; las emociones cuestan.
(Germán no aclara si se paga por acampar al aire libre, o por los servicios del oso).
Hay otra salida para el alojamiento; en toda Europa son famosos los hosteles, en los cuales con la módica suma de 20 euros y haciéndote pasar por joven, te alojan junto a otros 20 en un solo cuarto, hombres y mujeres, aquí de todo se vale, pero así como te puede tocar una güerita con pedigrí por un lado, también te puede tocar un negrón… es cuestión de suerte, y de cuál suerte te guste.
(Germán no aclara que le tocó a él. ¿Por qué?).
Aparte de que en la mayoría de sus antiguos cuartos, pareciera que existen fantasmas, ya que en la noche te descobijan. Yo preferí quedarme con la duda y como soy más macho que quince gallinas juntas, no me atreví a bajar de la cama por la cuilta.
Algo a lo que nunca me acostumbré es a que todos los baños son comunes, es decir, había uno por cada piso, un baño y sanitario que era usados por todos los clientes, y eso se repetía por todo suelo europeo, no quisiera ver a todos en un momento de crisis, enfermos del estómago, hubiera sido la locura.
En las terminales de los trenes hay baños con agua caliente, te cuesta 7 euros el chapuzón (100 pesos por 10 minutos) y te incluye que una señora alemana entre en el baño contigo, para estarte apurando y te esté checando de que no te vayas a robar el jabón. Siempre he tenido una cara de lépero que no me he podido quitar.
Los trenes son el transporte preferido por los europeos, la puntualidad te asombra, todo es un conjunto de trenes rápidos que cruzan de país en país, para trasladarte a las diferentes ciudades europeas pagas a precio de oro, un euro por kilómetro. Por un viaje como de Guaymas a Hermosillo, estarías pagando arribita de cien euros (algo así como 1,500 pesares). Claro que en un súper tren que hiciera famoso Tom Cruisse en Misión Imposible y ahora comprendo porque el bato lo hizo de trampa.
Para trasladarte en cualquier ciudad, el ruletero te cobra 4 euros (algo así como 50 pesares, espero no agarren ideas los concesionarios) y si te quieres regresar pagas lo mismo, eso sí tienen una tecnología de punta, son escrupulosamente puntuales, con aire acondicionado y con baños públicos en cada terminal (ya se imaginaran algo así en la ruta que va pa la Machi y las Aves del Rastrillo). Todos los autos traen una computadora que porta un mapa electrónico donde te dice por qué calle irte y cóomo llegar.
Alemania tiene un pais Subtérraneo, cada ciudad tiene un conjunto de trenes que varía entre 7 a 10 líneas, según el tamaño de la ciudad, esto aparte de los tranvías, camiones y taxis, estos últimos asaltando a diestra y siniestra, lo más barato $30 Euros, hay dejadas en $50 Euros y si te sigues dejando hasta en $80 Euros "Oiga si no le voy a comprar el taxi", y casi siempre manejados por turcos.
La comida es otro punto, mala y cara, un hot-dog te cuesta 4 euros y al dogo como que le falta pan ó le sobra winnie (como extraño los de la UNISON ó de la calle Náinari), Alemania será la reyna de las salchichas, pero con el peor pan del mundo !Esos paninis que carinis!. Un platillo normal $12 Euros, pero para aceptarte la tarjeta tienes que pasarte de $22 Euros, sino cash, todo es negocio.
Los vestidos en los aparadores asustan, me encontré con uno que costaba 20,000 euros, aunque mi consuelo fue hallar una garrita más barata, de dos piezas, camisa y pantalón, toda una ganga en 15,000 Euros (con eso, compro once carros Onapaffa y me sobra para las mordidas), afortunadamente mi chorreada se conforma con que la lleve al tianguis de la Villa Bonita y del ferrocarril y ni por error le mencionó de que va a morir engañada con el glamour sonorense, con esos precios pichurrientos que no le hacen ni cosquillas a las tiendas del primer mundo.
Aquí también hay problemas laborales, una gran huelga general abatió a los germanos en la pasada Copa del Mundo y sirvió como un amortiguador gigantesco, pues el 60 % de los trabajadores que se irían a la huelga, olvidaron su enfermedad con cucharadas de fútbol y todo por que las empresas de este país prefieren contratar mano barata extranjera que darle chamba a sus trabajadores, aunque aquí a los flojos los mantiene el Gobierno, ya que les da un subsidio de 500 euros mientras están desempleados, lo que equivale a cerca de 600 dólares por mezquite (Qué feliz fueran en Munich, varios amigos míos).
Con los avances de la tecnología, la inteligencia de los Alemanes, su puntualidad, lo fuerte de su moneda, ahora comprendo por que no se les deja tener ejército (el miedo no anda en burro), aunque la sombra del genoicidio de la segunda guerra mundial, los persigue y los avergüenza. Hemos contactado gente de este país, cambiado opiniones y la mayoría se siente culpable, aunque hallan nacido después de la segunda guerra mundial.
La policía está de lo más avanzada, para el ingreso del personal a sus chambas se lleva a cabo un escaneo de retina (hacen ojitos), si amaneces pipisqui no entras y basta con que te pasen un especie de termómetro por los dedos para que te digan qué droga consumiste; con la cerveza no hay tos, puedes pixtear en cualquier parte, a cualquier hora y nadie te va a molestar, aquí se aburrirían los cuicos de Sonora, pues te pueden llevar al fresco bote por otra cosa, menos por borracho, además de que para tomar cerveza tienes que cumplir 13 años y ya te puedes poner hasta atrás.
En la Ciudad de Hamburgo a pesar de ser el puerto marítimo más importante del mundo y que fue aquí donde se inventaron las hamburguesas, el turismo se basa en la venta del oficio más antiguo del mundo, es por ello que no es muy difícil ver de compras al turismo latino con un paquete de carne clasificada.