Reviven el Plan Puebla Panamá

Los días 9 y 10 de abril próximos tendrá lugar en Campeche, península de Yucatán, una nueva cumbre de los mandatarios de México, Colombia y Centroamérica en el marco del llamado Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla, cuyo objetivo principal será relanzar el Plan Puebla Panamá (PPP).

El PPP nació oficialmente el 12 de marzo de 2001 a impulsos del entonces presidente de México, Vicente Fox, con el objetivo de llevar el desarrollo a nueve estados "atrasados" del sur-sureste mexicano y propiciar una integración con los países de la región mesoamericana.

Anunciado con bombos y platillos a comienzos del sexenio foxista, poco a poco el PPP fue reduciendo sus alcances hasta quedar como una "entelequia" o algo "irreal", según lo definió en 2006 un funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En octubre pasado, durante su primera gira centroamericana como presidente electo de México, Felipe Calderón anunció su decisión de "revivir" el Plan Puebla Panamá. Dijo entonces que el desarrollo regional requiere de un "plan coherente y de largo plazo" que impulse "proyectos vitales" en materia de energía e infraestructura. En realidad, el PPP no es una entelequia y tampoco algo irreal, por lo que Calderón no necesita "revivir" nada.

Lo que sucede es que ante la movilización y la organización ciudadana en contra del plan, por recomendaciones del BID, desde finales del 2003 los gobiernos de los países miembros decidieron hacerlo invisible.

Es decir, ocultaron o disfrazaron su desarrollo. Y a tal punto funcionó esa estrategia invisibilizadora, que muchos medios de comunicación y centros académicos del área lo dieron por muerto. Pero el PPP siguió avanzando en toda Mesoamérica de manera silenciosa.

¿Qué es el PPP? El Plan Puebla Panamá forma parte de un programa integral que combina intervencionismo político, económico y militar, pero que se presenta como un plan de pacificación, desarrollo y creación de empleos.

El PPP es una manifestación genuina del capitalismo contemporáneo. Forma parte de un proyecto de alcance geoestratégico continental e imperial de Estados Unidos, en el que participan sectores del gran capital financiero, consorcios multinacionales y las oligarquías de los países del área méxico-centroamericana, con la reciente incorporación de Colombia.

El PPP no es proyecto nuevo y su autoría intelectual no está en México, sino en Washington. Forma parte del viejo proyecto geoestratégico del Tratado de Libre Comercio que enlazó a Estados Unidos con Canadá y México, y operó desde su lanzamiento en 2001 como una caballo de Troya del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

En la nueva fase de expansionismo imperial, el ALCA era la herramienta que Estados Unidos necesitaba para la competencia interimperialista con los otros dos megabloques conformados por Europa y Japón.

El gobierno de Vicente Fox participó de manera subordinada a los intereses de la Casa Blanca, Wall Street y las empresas multinacionales con casa matriz en Estados Unidos. La función destinada a Fox es la de "enganchador". El PPP quiso ser utilizado como "gancho" para arrastrar a todos los países del sur del hemisferio a la integración del ALCA.

El propósito de Estados Unidos con el PPP en su fase actual sigue siendo el mismo. Se trata de intervenir en el conflicto político y social de México, para imponer y favorecer a las transnacionales del petróleo (muy ligadas a la administración Bush), facilitar la privatización de las terminales aéreas y portuarias, la energía eléctrica, el agua, el gas y de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex).

Asimismo, busca proteger a los terratenientes empeñados en el desarrollo agroindustrial y ganadero extensivo y, principalmente, apoderarse sin restricciones de las enormes riquezas en biodiversidad de la Selva Lacandona, los Chimalapas en Oaxaca y el Corredor Biológico Mesoamericano, que llega hasta Panamá.

Pero además, el PPP responde a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos y forma parte de un reposicionamiento geoestratégico del Pentágono en América Latina, ante el descontento popular creciente producido por las políticas neoliberales.