Primer aniversario luctuoso de Vernon Pérez Rubio
Adolfo González Riande
Lunes 07 de Mayo de 2007
1
No recuerdo bien cuando nos conocimos, pero si recuerdo las constantes idas a tu casa, allá por la esquina de Sinaloa y Tetabiate, cerca de la Central Quirúrgica. Parece lejano aquel 1977, esas tardes de plática sobre trigo, “La Hora del Ciano”, tabaco y whisky.
2
Y la amistad con tu hija siguió viento en popa, y el amor hacia ella convirtió al amigo en suegro.
3.
Debo recordar tu don de gente, tu amabilidad y esa atención para todos los que se acercaban a ti, recuerdo tus ocurrencias, esa de la quema del periódico, fue genial. Y se vino el exilio voluntario de los estudios de maestría con señora y chilpayates.
4
Tu fortaleza y sabia decisión para aventarte un viaje hasta Reynosa, y de ahí a Texcoco y de vuelta a Cd. Obregón, sólo para ver a tus hijas y nietos, hablan bien de tu coraje y deseos de reencontrarte con tus seres queridos a distancia.
5
¿Quién se sube a una ford y le da media vuelta al país para ver a sus seres queridos?, muy pocos, y entre esos muy pocos tú estarás siempre presente querido suegro.
6
Y se vinieron los achaques, los sustos, los caprichos, pero ante todo tu amor hacia tus nietos. Tu sabia decisión de otorgarles un “domingo”, como un estimulante económico anímico para hacer más amenos las tardes de verano, de reunión familiar, de helado (de dos sabores) pastel y las infaltables coca colas
7
Pero como todo en la vida, querido suegro, los excesos se pagan, y así el tiempo fue cobrando una factura, amarga realidad, el tiempo de los achaques se incrementaba y la salud se fue minando. Susto tras susto, hasta aquel sábado 29 de abril en que te llevamos a la clínica.
8
Compás de espera y de sufrimiento colectivo, vueltas y más vueltas, círculo desgastante de tus hijas, sin fin de preocupaciones, hasta que Dios Misericordioso te llevó ante su presencia aquella noche del 10 de mayo, sí, exactamente un día de las madres.
9
Suegro querido, ya no estás más con nosotros, es cierto, pero tu enseñanza y tus valores habrán de perdurar entre los que te aman, y en la medida en que te recordemos, en la medida que evoquemos tu imagen, ¡sé muy bien qué no morirás del todo!