Y sin embargo se mueve
Jorge García
Lunes 02 de Julio de 2007
Seguido por decenas de miles de personas, López Obrador volvió a llenar el zócalo de la Ciudad de México durante la Jornada Nacional de Protesta contra el Fraude Electoral.
Desde hace muchos meses los medios de comunicación no le dan cobertura a sus acciones. Uno pensaría que este silencio de los medios en contraparte a la amplia cobertura para Felipe Calderón, haría de esta marcha el anuncio de la debacle del movimiento lopezobradorista.
Pero lo que se vio este domingo nos dice lo contrario, para frustración de quienes ya querían enterrar a AMLO.
Miles de voces gritando “Es un honor estar con Obrador”, acallaron con mucho la ansiada muerte del grupo manifestante.
Allí encontramos a las huestes del PRD capitalino en sus distintas delegaciones. Pero también una gran cantidad de gente sin grupo y sin partido, en general gente simpatizante que asistió, como Mariela Hernández: “Porque estoy hasta la madre de los atropellos de Calderón”, “la inflación está subiendo: los alimentos se han encarecido más del cuarenta por ciento”; mientras los gritos de los manifestantes hacían retumbar los bellos edificios de las calles de Madero. “El pueblo se cansa de tanta pinche transa”.
Hubo entre los manifestantes mucha gente que estaba indignada por el atropello al grupo Monitor. Cuando pasó cerca de nosotros López Orador, una de las peticiones más sonadas es “Hay que luchar por que regrese Monitor”, “Calderón es un fascista”
También encontramos grupos de manifestantes en contra de la Ley del ISSSTE, y de la tan anunciada privatización de PEMEX y de la CFE.
Niños de la mano de sus padres, emocionados, pegados a la valla, esperando más de dos horas la llegada del Peje.
Las Peje-viejitas con una emoción desbordada al paso de su viejo le gritaban “resistir es vivir con dignidad: te amamos Obrador”
Un acto digno de destacar. Dentro de las vallas apareció el cronista del periódico La Jornada, Julio Hernández. Y la gente que estaba a cargo de las guardias de seguridad, no lo dejaron pasar. Julio se molestó y levantó la voz, pero finalmente se fue custodiado por los amarillos.
Y mientras Obrador iba caminado hacia el podium, la gente se unía a los gritos de los manifestantes, para estar cerca de su “Presidente Legitimo” y de la esperanza. Con toda la connotación (positiva y negativa) que esta última palabra tiene.