El negocio del diablo
OnceTV
Sábado 25 de Agosto de 2007
Historias de posesiones demoníacas y de exorcismos son frecuentes en la literatura de religiones como la católica, la cristiana, la judía y hasta la islámica.
En ellas se describe que el exorcismo es un ritual mediante el cual se pretende expulsar o destruir a un ente sobrenatural que ha tomado posesión de un objeto físico o de un ser vivo.
"Siempre veía unos ojos que me veían, siempre yo percibí el mundo espiritual maligno, me daba miedo, me llegué a ver al espejo y me espanté mucho, ya no veía el espejo". Testimonio.
Pese a los cientos de testimonios como éste, pastores y sacerdotes aseguran que en México no existe una sola experiencia reconocida como posesión de Satanás.
"Muchos maleficios, muchas influencias demoníacas obsesiones, opresiones, porque se han metido en el campo esotérico, en la brujería, en los horóscopos", expresó Pedro Mendoza, sacerdote exorcista.
Para que las religiones consideren que una experiencia es demoníaca, es indispensable que se trate de hechos inhumanos y que el poseído demuestre un rechazo a los símbolos de Dios.
"Aquella persona poseída hace cosas que ella no las estaría haciendo, por ejemplo una fuerza descomunal, hablar un idioma que ella no lo conocía nunca", indicó Mendoza.
Ante la constante llegada de creyentes que dicen estar poseídos por espíritus o maleficios, los exorcistas designados han diseñado un proceso para atenderlos y en su caso liberarlos.
"Ellos tiene que llevar una historia clínica en donde mencionen enfermedades, si han tenido problemas psicológicos y qué prácticas han tenido de ocultismo. Se les empieza a hacer oración, empiezan a renunciar al tipo de demonios si practican magia negra: Espíritu de magia negra, renuncio a ti en el nombre del señor Jesús, pido perdón por haberlo practicado y entrego el espíritu de magia negra", explicó Hugo Álvarez, pastor exorcista.
En contraste con la iglesia, para la medicina las posesiones demoníacas o presencias malignas no existen. Psiquiatras aseguran que las alucinaciones auditivas y las ideas delirantes que relatan las personas, son síntomas de trastornos sicóticos y esquizofrenia.
"Este tipo de pacientes suelen tener neologismos, que son palabras nuevas inventadas por ellos mismos y ellos mismos les confieren el significado, incluso hemos visto pacientes que elaboran todo un idioma", destacó Denis Rivera, siquiatra.
Agregan que la gravedad de la enfermedad reside en que todas las alucinaciones que las personas relatan, las asumen como reales.
"Sí, sí lo escuchan, para ellos es real claro que no existe, no proviene de donde ellos cree, pero es real, de hecho, otro punto interesante es que las personas que tienen un alto índice de suicidios son los pacientes sicóticos, porque las voces les dicen que se lastime, que se maten, que liberen", apuntó Denis Rivera.
Bajo esta premisa, médicos y religiosos respetan la decisión de los afectados, de recurrir a ambos métodos para sanar su padecimiento.
"Una vez que son libres, sí requieren tratamiento sicológico, porque después de llevar una vida de opresión y depresión o de ni saber lo que tenían, que lo comprendan, la reubicación cuesta un poco de trabajo", declaró Hugo Álvarez.
Sin embargo, las diferencias entre la medicina y la religión quedan de lado cuando las personas consideran que han recobrado el control de su vida, con la ayuda de ambas.
"Es increíble, a lo mejor es difícil de entender para mucha gente, apenas, apenas, es como si yo estuviera ahorita apenas, es como si me hubiera despertado ahorita, ya me siento como alguien que tiene un trabajo, ya me voy a trabajar", Testimonio.