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¿Qué nombre le pondremos, matarile?

Adolfo González Riande
Martes 25 de Septiembre de 2007
 
Aprovechando el correo de mi amigo cibernauta, chileno avecindado en Alemania, Enrique Picotto, comparto con Ustedes esta larguìsima entrega, ahora que la nomenclatura de lo insòlito ha irrumpido en el buen gusto de los padres, al momento de tener que decidir ¿y que nombre le pondremos? Pues el escàndalo ha surgido con el advenimiento del nombre “Yahoo” a un inocente niño.

Me cuenta mi cuate chileno, que en Venezuela,”Mientras Stalin marchaba en defensa de Nixon, al frente de centenares de estudiantes, autoridades de Venezuela preparaban una ley para impedir que los padres pongan a sus hijos nombres inventados, difíciles de pronunciar en español o extraños.”

”Fue apenas una casualidad que este año Stalin González, presidente de la Federación de Estudiantes en la caraqueña Universidad Central de Venezuela, dirigiese a quienes se solidarizaron con su homólogo de la Universidad de Los Andes, Nixon Moreno, joven opositor refugiado desde hace meses en la Nunciatura Apostólica.”.

Si el “Yahoo” les suena raro, espèrense a leer esta colección venezolana!

Venezuela se ha poblado en las últimas décadas de personas llamadas Max Donald, Engelbert, Cleiderman, Eisenhower, Kennedy, Edison y aun Supermán y Hitler, junto a Yesaidú (Yes, I do), Yusnavy (US Navy) y Yusleidy (US Lady), o bien Taj-Mahal, Temutchin o Hochimin.

Para que nadie se pelèe: las combinaciones de papi y mami, o de los abuelos.

Abundan las mezclas de los nombres de los padres, como Yolimar (Yolanda y Mario), Ramcel (Ramón y Celeste), Ligimat (Ligia y Mateo) y Johenry (Josefina y Henry), junto a las menos explicables como Derbinson, Naily, Udemixon y Hemeyer o combinaciones como Hitler Adonis y William del Espíritu Santo.

El Consejo Nacional Electoral, a cargo de reorganizar el registro civil de Venezuela, preparó un borrador de ley que limita la inscripción y establece que a los bebés no se les podrá colocar nombres “que los expongan al ridículo, sean extravagantes o de difícil pronunciación en el idioma oficial”.

Tampoco los que “contengan variantes familiares y coloquiales que denoten una identificación confusa o que generen dudas sobre la determinación del sexo”.

El Encargado de la Oficina de Registro Civil, “ofrecerá como referencia un listado de los nombres y apellidos más comunes, emanado de la oficina nacional del Registro Civil”.

De la norma “quedan exceptuados los nombres de los niños, niñas y adolescentes de las etnias indígenas del país, así como los nombres de los hijos de los extranjeros, los cuales se adaptarán a sus respectivas culturas”, señala el proyecto de ley.

Òyeme mi sangre:”yo le pongo a mi retoño el nombre que se me pegue la gana!

“No veo la utilidad ni la pertinencia de fastidiar a la población con normas para socavar el derecho de cada quien para designar a sus hijos con el nombre que mejor le parezca”, dijo a IPS Stalin González, mientras se afanaba en preparativos de asambleas para discutir el proyecto de reforma constitucional propuesto por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

González, un estudiante de leyes, cree que en vez de la nueva disposición, debe reformarse la norma para permitir el cambio de nombre a las personas que lo deseen, algo vedado en Venezuela desde que se separó el registro civil del religioso hace más de 130 años.

Sobre el debatido y polèmico tema,Benito Bello, un chofer en las riberas del lago Maracaibo y padre de Edison, Edinxo y Edicso, simplemente considera que: “la madre y yo somos quienes tenemos el derecho a poner el nombre de nuestros hijos. Ningún registrador tendrá mejor criterio que yo”.

Para muestra, pues otro botón: récord de nombres disonantes.

La cuenca del Maracaibo es la mayor fragua de nombres disonantes con los del castellano común en Venezuela. Dice Picotto que sus habitantes son por naturaleza extrovertidos, de hablar fuerte, emplean un “vos” con un toque nasal en vez de “tú” o “usted”, y gustan de las formas de trato llanas, directas e informales.

Fascinados por los nombres griegos y latinos para sus varones, desde el siglo XIX los maracaiberos registraron a miles de Virgilios, Eurípides, Euclides, Cástores, Apolonios, Demetrios, Numas y Aristóteles.

Pero fue la industria petrolera la que avanzado el siglo XX pobló sus hogares con nombres ingleses como John, William, Marylin, Richard, Anna, Roland, Grace y Margaret, y luego con combinaciones, derivados y diminutivos.

“Presentar esta propuesta como dirigida a cercenar el derecho de los padres a escoger libremente el nombre de sus hijos es una tergiversación y simplificación del esfuerzo para modernizar el registro”, opina la presidenta del CNE,la cual por cierto lleva el nombre de Tibisay Lucena.

En relaciòn al nombre anterior, debe aclararse que: el nombre de Lucena era el de la amada del indígena Murachí, combatiente contra los conquistadores españoles en los Andes del sudoeste del país, según una leyenda recogida y popularizada en el siglo XIX por el escritor Tulio Febres Cordero.

“Aunque el artículo polémico, uno entre 190, se hace ver como contrario a la libertad particular de los padres, en realidad garantiza el derecho a la identidad desde el nacimiento y procura preservar el derecho a la dignidad y a la integridad física, psíquica y moral de los niños y las niñas”, agregó la funcionaria. De cientìficos alemanes, pasando por caudillos autòctonos, combinación de nombres de abuelos, hasta la emulación de divas y astros del balompié.

. El tema da para más, y yo mientras tanto empiezo a recordar algunos nombres poco comunes, por ejemplo el de mi hijo Herschel, bautizado así en honor de W.F. Herschel célebre astrónomo alemán.

Otro de los nombres originales, es de un buen amigo de la oficina, al cual su padre bautizó con el nombre de Cajeme, en honor al caudillo yaqui.

Finalmente, traigo a esta colección, el de mi gran amigo Alierso, brasileño de nacimiento pero mexicano por nacionalización, el cual él mismo relata que cuando nació, en el seno de la familia había un conflicto, situación que provocó la unión de los nombres “Alí” por una parte y de “Laersio” por otra, para crear finalmente un nombre único: Alierso.

Por cierto, dado lo poco común del nombre, una gran mayoría de compañeros de la oficina, se referían a él por su nombre, es decir, sin querer lo tuteaban, pensando que asì se apellidaba, aunque en realidad su apellido es De Oliveira.

Y como mucha gente es dada a bautizar con el nombre de los artistas o futbolistas de moda, no dude Usted ni tantito, que aparecerán muy pronto: Guardados, Ronaldiños, Giovanis, Nerys,Ludueñas, Castromanes, Maradonas, entre otros. Y por el lado de las artistas: Talhías , Paulinas, Verónicas, entre las que bien recuerdo.
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