Seduce a los mexicanos
Olga R. Rodríguez / Associated Press
Domingo 07 de Octubre de 2007
México, D. F.- Con su encanto y su atractivo físico, Sandra Ávila bien pudo haber sido una estrella de la televisión o una reina de belleza.
Pero esta bella mujer de pelo negro, de 46 años, tomó otro rumbo, según la policía, y durante 10 años escaló hasta la cima de la estructura del narcotráfico, actividad dominada tradicionalmente por los hombres, uniendo bandas colombianas y mexicanas, seduciendo a varios capos e ingresando a la lista de traficantes requeridos por Estados Unidos.
Ahora que está bajo custodia policial, los mexicanos siguen sus andanzas con más devoción que la reservada para una telenovela. Más de 40 mil personas bajaron de Youtube el video de sus declaraciones a la policía, en las que con cara de inocente dijo que es una simple comerciante y ama de casa.
Apodada "La Reina del Pacífico", Ávila vivió en Guadalajara y Hermosillo, cerca de la frontera con Estados Unidos, sin llamar la atención. Pero en 2001, la policía confiscó más de nueve toneladas de cocaína de un barco en el puerto de Manzanillo y comprobó que pertenecía a Ávila y a su amante, Juan Diego Espinoza, de 39 años.
Pocos meses después fue secuestrado un hijo adolescente de Ávila en Guadalajara. La mujer acudió a la policía, que comenzó a sospechar algo raro cuando supo que los secuestradores pedían un rescate de cinco millones de dólares.
Ávila finalmente decidió manejar las negociaciones por su cuenta. La subsecretaria de Seguridad Pública, Patricia Patiño, dijo que pagó tres millones de dólares para conseguir la liberación de su hijo. Ávila afirmó que pagó menos.
Años más tarde, la policía dio con ella en un exclusivo restaurante de comida tailandesa de la Ciudad de México, donde se hizo teñir el cabello de negro azabache y acudía a dos negocios de manicuras en el exclusivo barrio de Polanco frecuentados por celebridades.
Luego de ser arrestada por más de 30 agentes mientras tomaba un café, convenció a la policía de que le permitiese acicalarse antes de ser sometida a un interrogatorio filmado en una cárcel para mujeres.
En el video, Ávila luce jeans ajustados, tacones altos, se recoge el cabello y sonríe a la cámara mientras baja por unas escaleras, con un agente tomándola del brazo. Acto seguido sonríe a la cámara y conversa con sus captores mientras dos guardias mujeres la esposan.
La policía distribuyó un video de su interrogatorio en el que Ávila dice que es una mujer que se dedica a su hogar y al comercio.
Cuando se le pregunta por qué está presa, responde con una sonrisa socarrona: "Porque hay una orden de arresto y un pedido de extradición".
Steve Roberts, portavoz de la Oficina Federal contra el Narcotráfico (DEA), se negó a hablar de la solicitud de extradición. Pero describió a Ávila como "una traficante de drogas importante".
La actitud despreocupada de Ávila tras su arresto fue tan sorprendente, que el diario El Universal entrevistó a un psiquiatra para que explicase su comportamiento. Otro diario, Milenio, que sigue de cerca su vida en la cárcel, dijo que "su actitud de diva no ha cambiado desde su ingreso".
"Un jabón de baño y una cobija son los únicos lujos que ha recibido", agregó.
Las radiodifusoras repiten constantemente un "narcocorrido" que rinde homenaje a Ávila. Se trata de una canción de Los Tucanes de Tijuana, en la que se la describe como "la famosa reina del Pacífico y sus playas, pieza grande en el negocio, una dama muy pesada".
Las autoridades dicen que Ávila llegó a ser jefa de "relaciones públicas" del cartel de Sinaloa y que en esa función supervisaba el traslado de cocaína desde Colombia. Nunca una mujer había llegado tan alto en la estructura del narcotráfico.
"En los niveles operativos de las organizaciones criminales hay participación de hombres y mujeres, pero en estos niveles en los que operó Sandra Ávila realmente es casi inédito", dijo Patiño a la W Radio.
Como tanta gente que sobresale en la sociedad mexicana, fue ayudada por una familia influyente. Era sobrina de Miguel Ángel Félix Gallardo, padrino del narcotráfico mexicano y quien fue detenido en 1989 por su supuesta participación en el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena. Otro tío suyo, Juan José Quintero, fue extraditado a Estados Unidos en enero, acusado de narcotráfico, indicó Patiño.
La única otra mujer que habría llegado a tener un papel prominente en la conducción del cartel es también pariente distante de Ávila. Se trata de Enedina Arellano Félix, quien según expertos asumió la conducción del cartel Arellano Félix de Tijuana, cuando uno de sus hermanos fue arrestado y otro murió.
La prensa dice que Ávila tuvo relaciones amorosas con varios capos de la droga, incluido Ismael Zambada, uno de los líderes del cartel de Sinaloa, e Ignacio Coronel, quien manejó el negocio de las metanfetaminas y la habría ayudado a llegar a los niveles más altos del narcotráfico.
Espinoza, el amante de Ávila y quien también es requerido por la justicia de Estados Unidos por narcotráfico, fue arrestado la semana pasada, horas después que Ávila.
En uno de los salones que Ávila frecuentaba en la Ciudad de México, Sergio Martínez, encargado del estacionamiento de los autos, la recuerda como una clienta agradable que siempre pedía que le lavasen el vehículo.
"Venía gente que parecía que no traía buenas intenciones, pero de ella yo nunca sospeché", declaró.