Luchan mujeres yaquis por sus derechos
Patricia Montoya / El universal
Domingo 09 de Marzo de 2008
Cd. Obregón.- Desde muy temprano, Clarita Cupis Matuz aborda un camión en su pueblo Vícam y se traslada al Hospital General, donde a diario brinda ayuda a los yaquis que requieren atención médica.
Su función como trabajadora social egresada de la Universidad de Sonora (Unison), así como el conocimiento de la lengua, le ha valido la autorización de la tribu yaqui para ejercer este trabajo, nada común en las mujeres de su etnia.
Ella representa a su tribu yaqui y habla con elocuencia del papel de la mujer en los ocho pueblos yaqui en Sonora.
Aunque este grupo indígena no celebra el Día Internacional de la Mujer, pues su situación ancestral es diferente, reconoce que ha habido cambios, pues hoy tienen derecho a la educación y lo han aprovechado, ya que algunas son maestras, trabajadoras sociales y las que no tuvieron la oportunidad, aprovechan proyectos productivos de bordado o salen de su comunidad a trabajar en las maquiladoras y otros empleos, en especial, relacionados con la limpieza.
Para la joven Cupis Matuz, el principal problema que enfrenta la mujer es el maltrato físico.
“Desgraciadamente los vicios que hay en la comunidad son muy fuertes, como el alcoholismo en los hombres adultos y las drogas en los jóvenes, mientras que en mujeres se dan poco,
pero también se están presentando, además de la prostitución”, aseveró.
Con su vestimenta que la distingue como mujer soltera dentro de la tribu yaqui, Cupis Matuz atiende con disponibilidad y entusiasmo las necesidades de los indígenas y llega hasta el rincón donde tenga que ir para gestionar los servicios.
Dice que la autoridad federal se ha acercado a ella para tratar los problemas más fuertes que atañen a los yaquis, como son las adicciones.
Con cierta aprehensión, aclaró que ella no debía hablar sobre estos temas, pero lamentó que la ayuda que recibe la autoridad tradicional no se enfoque mucho a los problemas generales de los yaquis.
“Yo lo he visto, yo lo he palpado, nosotras no tenemos voz ni voto, sobre todo para elegir a las autoridades tradicionales”, exteriorizó.
“Los hombres de nuestra raza nos ven como mujeres para atender a los bebés, la casa, para cuidar al marido”.
Señala que los usos y costumbres en algunas familias se están perdiendo, porque las mujeres están saliendo a trabajar, sobre todo en la maquila en los municipios de Empalme y de Cajeme, así como limpiando calles.
“Hay muchas mamás que están trabajando o madres, que como yo, somos solteras, que no tenemos el apoyo de nuestra comunidad indígena”, refirió. “La mayoría de las mujeres yaquis salimos a trabajar para mantener a nuestros hijos”.
Aseguró que no hay un reconocimiento en las comunidades a la labor de la mujer y que es necesario concientizar a los hombres de su pueblo.
“En parte es el machismo, en parte es la cultura de la tribu yaqui, de que las mujeres debemos estar atenidas al esposo, al hombre de la casa y muchas veces, en el caso de las madres solteras que no tenemos una pareja, debemos atenernos al reglamento de la tribu, a nuestras leyes internas, no sobrepasarnos en lo que diga la autoridad tradicional”, relata.
Las mujeres yaquis realizan sobre todo manualidades, como el bordado de ropa tradicional, para llevar el sustento a sus hogares.
Han llegado proyectos productivos para apoyar a la etnia.
La principal actividad que tenía la etnia yaqui era la agricultura, pero a raíz de que la mayor parte de las parcelas están rentadas, lo que impacta fuerte a la economía de los hogares, la mujer, preocupada por su familia, lo está resintiendo mucho, enfatizó.